Las dos empresas cementeras de Honduras se abrieron a la inversión extranjera, al vender acciones a firmas alemanas, suizas y francesas, para modernizarse y competir en mejores condiciones en el mercado centroamericano.
La primera en abrirse al capital extranjero fue Cementos de Honduras S.A., propiedad del banquero y político Jaime Rosenthal, quien a fines de 1997 vendió 43 por ciento de su capital accionario a un consorcio de inversionistas alemanes y suizos.
La siguió la Industria Cementera Hondureña (INCEHSA), propiedad del Instituto de Previsión Militar, que el día 9 anunció la venta de 43,4 por ciento de sus acciones a la empresa francesa Lafarge- Asland. para modernizar la fábrica y aumentar la producción.
Las dos empresas, que en la década pasada pertenecieron al Estado, fueron traspasadas al sector privado y aún persiste el debate sobre si fueron vendidas a un precio justo o por debajo de su valor, durante el gobierno de Rafael Callejas (1990-94).
Según datos del Banco Central de diciembre pasado, las dos empresas, con una capacidad similar, producen en conjunto unos 24 millones de bolsas de cemento de 42,5 kilogramos al año.
Debido a un acuerdo con el gobierno, ambas debe cubrir primero el mercado nacional, pudiendo exportar el excedente.
Honduras vive un auge de la construcción, debido en parte a los estímulos gubernamentales para superar el déficit de 600.000 viviendas para personas de bajos recursos. El gobierno de Carlos Flores, que asumió en enero, planea obtener fondos a bajo interés para financiar proyectos habitacionales.
Rosenthal dijo a IPS que esta inyección de capital fresco del exterior permitirá a Cementos del Norte planificar a largo plazo, competir en la región centroamericana, adquirir nueva tecnología y ofrecer un producto a precios de mercado.
"Todavía es prematuro hablar del futuro, pero está claro que podremos competir con éxito en los próximos años, digamos cinco, para exportar a América Central, después de abastecer el mercado local", afirmó.
INCEHSA, en tanto, indicó que vendió el 43,4 por ciento de su capital accionario a la francesa Lafarge-Asland por motivos similares.
"El propósito es colocarnos a tono con el proceso de globalización de la economía mundial, adquisición de modernas tecnologías para incrementar la capacidad productiva y enfrentar la creciente competencia", dijo el gerente del Instituto de Previsión Militar, coronel Rigoberto Padilla.
El presidente del Colegio de Economistas de Honduras, Alcides Hernández, consideró positiva la apertura de empresas hondureñas al capital extranjero, pero aseguró que es necesario garantizar primero el abastecimiento del mercado local, destinando los excedentes a países vecinos, como El Salvador y Nicaragua.
Analistas locales estiman el grupo económico de los militares, propietario de empresas de bancarias, aseguradoras, radio y funerarias, ocupa el quinto lugar en Honduras, pero con esta inversión podría trepar al tercero.
El consorcio del Instituto de Previsión Militar fue acusado por el influyente Consejo de la Empresa Privada de operar en condiciones de privilegio e impunidad, al no pagar los servicios públicos, como agua, luz y teléfono. (FIN/IPS/jrd/ag/if/98
