El Grupo de Río y la Unión Europea (UE) se aprestan a debatir una nueva forma de asociación orientada hacia los aspectos económicos y comerciales, el fortalecimiento del multilateralismo y la responsabilidad compartida.
De acuerdo con un documento del Centro Latinoamericano para las Relaciones con Europa (Celare), esas metas serán el centro del debate de la octava reunión de ministros del Grupo de Río y de la UE que se realizará en Panamá este miércoles y jueves.
Tras consolidar las relaciones institucionales al cabo de 10 años de contactos formales, el diálogo Grupo de Río-UE definió tres metas principales a debatir a partir de la cita de Panamá, según el Celare.
Ambos bloques se proponen transformar en programas e iniciativas concretas los múltiples consensos alcanzados hasta ahora y elevar el diálogo político al más alto nivel mediante la convocatoria de una cumbre de jefes de Estado y de gobierno, prevista para 1999.
También ampliar el diálogo hacia todos los estamentos públicos y privados, sobre todo los empresarios y representante de las sociedades civiles de América Latina y de Europa.
La lucha contra la pobreza, el desarrollo sustentable, las relaciones económicas, comerciales y de cooperación, el diálogo político, el combate al narcotráfico y el desarrollo del conocimiento forman parte de los asuntos puntuales que se tratarán esta semana en Panamá.
El Celare, con sede en Santiago de Chile, es una corporación sin fines de lucro encargada de promover el fortalecimiento de los vínculos históricos, políticos, culturales y económicos entre América Latina y la UE.
El planteamiento del Celare coincide con otro formulado por el Sistema Económico Latinoamericano (Sela), según el cual la cumbre entre el Grupo de Río y la UE contribuirá a diversificar y equilibrar el diálogo con Estados Unidos.
En un documento titulado "Reencuentro de dos Mundos: la Cumbre Europa-América Latina 1999", el Sela planteó a fines de enero en Caracas que esa reunión no puede limitarse a dar una respuesta a la proyectada Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) impulsada por Washington.
La cumbre Europa-América Latina, cuya sede será definida esta semana en Panamá, se realizaría un año más tarde que la Cumbre de las Américas para dar inicio a las negociaciones con miras a establecer el ALCA, previstas para abril de 1998 en Santiago.
El Sela adujo que el comercio es uno de los puntos que va a requerir mayor atención del mecanismo de diálogo Grupo de Río-UE, debido al cambio dramático sufrido en los últimos diez años en las relaciones de intercambio entre ambas regiones.
En 1990, América Latina tenía un superávit comercial con la UE de 9.200 millones de dólares, pero en 1996 cambió esa ventaja por un déficit de 13.200 millones de dólares.
Mejorar el intercambio comercial, profundizar instrumentos de cooperación, promover un diálogo en la solidaridad y "enfatizar lo que tiene que ser corregido" son parte de las respuestas que debe recibir América Latina, según el Sela.
El ministro de Relaciones Exteriores de Panamá, Ricardo Alberto Arias, que actualmente ejerce la secretaría pro tempore del Grupo de Río, afirmó el pasado viernes que de la reunión de esta semana debe emerger otro tipo de relación entre ambas regiones.
"Ya no se trata de una runión del Grupo de Río con la Unión Europea, sino que vamos a ver qué hacemos uno con el otro, cuáles van a ser los proyectos comunes, cuáles son los principios que nos acompañan, cuáles son los ideales y las metas que tenemos para el futuro", advirtió. (FIN/IPS/sh/dg/if/98)