El Grupo de los 24 (Sur en desarrollo) concluyó la noche del lunes un encuentro extraordinario en Venezuela, con una demanda "apremiante" al Norte industrial de un díalogo directo sobre los problemas financieros mundiales, puestos en evidencia por la crisis asiática.
El grupo (G-24) sostuvo su 58 reunión a lo largo de tres días, con la presencia de ministros y gobernadores de bancos centrales de varios de sus miembros y de autoridades de organismos multilaterales como el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Michel Camdessus.
El G-24 indicó en la Declaración de Caracas con que pusó fin a sus deliberaciones, que la crisis asiática mostró que los vaivenes financieros de los países en desarrollo tienen implicaciones cada vez más profundas para la economía global.
El presidente hasta abril del G-24 y presidente del Banco Central de Venezuela, Antonio Casas, indicó que otra lección de la crisis asiática es que sin una cooperación internacional sólida, que reduzca los riesgos de la globalización para los más vulnerables, los beneficios de esa globalización se anulan.
La propuesta concreta a los países industrializados es la de crear con urgencia un grupo de trabajo Norte-Sur que aborde seis temas específicos.
Esa propuesta, precisó Casas, "será planteada ya" y también se desarrollará a los industrializados en el marco de la próxima asamblea general del FMI, en abril, y en un mensaje especial al Grupo de los Siete paíese más industrializados del mundo, cuando tengan su cumbre anual en Gran Bretaña, en mayo.
Entre los puntos de la agenda para el diálogo propuestos por el G-24, destaca el análisis de la capacidad de las institucinoes monetarias initernacionales de responder en forma oportuna y eficaz ante crisis inducidas por movimientos de capital a gran escala.
También se propone estudiar la idoneidad de las condiciones recetadas por estas instituciones para enfrentar crisis de esa índole, y abordar la la repartición equitativa enre acreedores privados, prestatarios y gobiernos de los costos de la estabilización financiera post-crisis.
Otro punto a ser tratado por el grupo de trabajo es el de una vigilancia más efectiva de las políticas adelantadas por los principales países industrializados y qeu afectan a variables monetarias y financieras internacionales claves, incluidas las corrientes de capital.
El G-24 propone, al mismo tiempo, estudiar las modalidades para la creación de redes nacionales de protección social, como parte integral de los programas de estabilización y ajsute, con miras a proteger a los individuos más vulnerables de la población en los países afectados por una crisis.
Por último, plantea que se aborde la demandada mayor representación y participación de los países en desarrollo en las decisiones de la comunidad financiera internacional, de manera que reflejen más adecuadamente su influencia en la economía mundial.
El G-24 fue creado en 1971 y es la instancia representativa del Sur en desarrollo ante el FMI y el Banco Mundial. Aseguró al concluir su reunión de Caracas que la gobernabilidad financiera mundial requiere como nunca de políticas macroeconómicas idóneas y un funcionamiento transparente de los organismos.
Sobre la liberalización de las corrientes de capital y la concesión de atribuciones al FMI en ese sentido, G-24 acordó apoyar "una estrategia ordenada y cautelosa" hacia ese objetivo.
La apertura de los flujos de capital fue aprobada en septimebre, durante la última asamblea del FMI, realizada en Hong Kong.
Además, decidió analizar los acuerdos globales para asegurar que los costos para contener las crisis sea compartido equitativamente, mientras hasta ahora la carga ha estado concentrada en los países deudores o que sufren la huida repentina de capitales volatiles.
El G-24 pidió que otros países industrializados se sumen a la iniciativa británica de promover que en el año 2000 los países mas pobres -unos 17 según Casas- hayan sido beneficiados por un plan efectivo y ya concretado de condonación de deuda. (FIN/IPS/eg/if/98