Un nuevo recetario para el Sur en tiempos de crisis está produciendo el Fondo Monetario Internacional (FMI) al conjuro de los cracks financieros en Corea, Indonesia y Tailandia, dijo hoy en Venezuela Michel Camdessus, director gerente del organismo.
Este nuevo recetario no está dirigido tanto a restablecer el equilibrio de las cuentas macroeconómicas como a impulsar las medidas necesarias para "establecer condiciones de crecimiento sostenible en el nuevo marco de la globalización", dijo Camdessus.
"Se trata de atacar las raíces, incluso las institucionales" de las economías en crisis, precisó Camdessus, tras advertir que, sin embargo, los economistas deben ser ante todo modestos, pues "si alguien pretende haber entendido todos los elementos es muy audaz y poco serio".
Camdessus habló en la 58 reunión ministerial del Grupo de los 24, que reúne a países del Sur en desarrollo dentro de las organizaciones monetarias internacionales y la cual pasa revista en Caracas a la crisis asiática y propuestas para revitalizar su papel en foros de los que es parte.
En primer lugar, Camdessus advirtió contra el político "síndrome del mañana", o la creencia de que el crecimiento es tan rápido que difícilmente los buenos tiempos pasarán. La verdad es que cuando el capital huye lo hace a un ritmo vertiginoso.
Las crisis en Asia también demostraron, a juicio del jefe del FMI, que las perturbaciones financieras y monetarias contienen elementos para perpetuarse a sí mismas. La más importante acaso sea que la forma en que un país reaccione tendrá su efecto.
Elogió, sin mencionarlo expresamente, a Brasil, evocando un país que ante la crisis en los mercados asiáticos "adoptó medidas rápidas, de corrección monetaria y política fiscal más austera".
En cambio, "los períodos de incertidumbre pueden hacer que la crisis se agrave y progrese".
?Qué hacer? se preguntó Camdesssus. "Lo primero es no quedarse brazos cruzados, analizar la situación con ojo crítico y comprender que la primera línea de defensa es una mano firme para aplicar políticas macroeconómicas que contengan el déficit fiscal y abatan la inflación".
Luego, "hay que fortalecer el sector financiero", y en tercer lugar "transparencia. Cuando se dispone de información adecuada hay más incentivos para los gobiernos aplicar medidas y de los bancos e instituciones privadas para aplicar prudencia".
De esas guías Camdessus extrajo lo que llamó "siete pilares de la sabiduría", comenzando por la necesidad de contar con un buen gobierno y que éste incluya en su agenda la lucha contra la corrupción.
El segundo es la transparencia: que los datos que se comunican a los mercados lleven información correcta y rápida. A su vez – tercer elemento- los gobiernos deben tener un adecuado sistema de información financiera y bancaria, y una supervisión eficaz.
La cuarta fórmula internacionaliza la terecra: fomentar una supervisión regional, con "mecanismos agresivos que ayuden a encontrar dónde están los problemas, y a atacarlos fuertemente".
Camdessus entiende así la "solidaridad entre vecinos", porque "no hay país que sepueda permitir tener un vecino que no ponga todo su esfuerzo en estabilizar su economía".
En quinto lugar, el conductor del FMI intercala un elemento del viejo recetario: la liberalización de los movimientos internacionales de capital. Coincidió con el presidente del Banco Central de Venezuela en la necesidad de combinar audacia y sensatez, pero "sin sacrificar la liberación a los controles".
La sexta receta es vincular mejor, en tiempos de crisis, al sector privado con los esfuerzos de los estados para ordenar, reducir y liquidar su deuda.
De manera eufemística o directa los participantes en la inaguración de la reunión de tres días apuntaron a la responsabilidad de los operadores financieros privados en transformar las crisis limitadas en inmanejables, por decisiones en ocasiones erradas y basadas en informaciones falsas.
Camdessus dijo que, por último, se debe "reforzar significativamente a los organismos multilaterales, con representación más equitativa de todos los países en sus directorios y sus recursos".
El propio FMI "debe permanentemente adaptarse, para reflejar lo mejor posible la evolución de su membresía", indicó.
Camdessus comentó que habría un octavo pilar evidente, como es la globalización y el uso de los derechos especiales de giro del FMI como moneda multilateral estabilizadora.
Pero apuntó que eso queda para un momento en que se pueda ser más reflexivo. "Estoy hablando de pilares de necesaria aplicación inmediata", explicó. (FIN/IPS/jz/dg/if/98