La crisis de Asia mostró la necesidad de crear un régimen global de las transacciones financieras, como ya existe en el comercio, indicaron hoy en Venezuela autoridades económicas mundiales al inagurar una reunión del Grupo de los 24 (Sur en desarrollo) sobre el problema.
El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Michel Camdessus, y el secretario general de la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y Desarrollo (UNCTAD), Rubens Ricupero, estuvieron entre los participantes en la cita de ministros y presidentes de Bancos Centrales del grupo (G-24).
La necesidad de vigilar y regular lo que hacen los operadores financieros para evitar la recurrencia de las crisis en los mercados, así como la adopción de normas de prevención de esas crisis, fueron planteamientos contundentes de la sesión inagural del encuentro de tres días.
Ricupero fue quien más claro lo indicó. Adujo que pese a la gran integración de los mercados financieros no hay una entidad reguladora de las transferencias de capital similar a la que existe para el intercambio de bienes, servicios e inversiones mediante la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Criticó que los acuerdos van dirigidos a disciplinar a los deudores, mientras nadie regula a los acreedores y las medidas se destinan más a administrar las crisis que a evitarlas. Además, ese esfuerzo se hace sólo contra los niveles de vida y desarrollo de las poblaciones de los países involucrados.
También el secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, indicó en un mensaje leído por un representante que hay un gran desequilibrio en la carga de la crisis asiática, como en otras anteriores, porque se erosiona la prosperidad de las poblaciones por falta de un sistema financiero fuerte.
Camdessus planteó, al igual que Ricupero y el presidente del Banco Central de Venezuela y del G-24, Antonio Casas, que los sectores privados deben participar en la recuperación de las crisis, y pidió con énfasis que se refuerce el sistema financiero mundial con nuevas reglas y más recursos.
Casas mostró su alarma porque los poderes legislativos del Norte industrial, en particular el Congreso de Estados Unidos, obstaculizan la concreción de sus aportes para la necesaria reposición de fondos del FMI. Ello dejaría al sistema inerme ante la crisis, con consecuencias globales para todos, alegó.
Ricupero dijo que lo sucedido en Asia confirma la existencia de "una crisis sistémica" en la estructura financiera mundial, tras la que azotó a América Latina en los años 80 y la que se produjo en México en 1995.
El jefe de la UNCTAD consideró que el FMI debe recibir atribuciones que vayan más allá de las nuevas planteadas de impulsar la liberalización de las corrientes de capital.
"Debe crearse un régimen global de transacciones", indicó, que se ocupe "de la gobernación de los agentes económicos de los mercados financieros".
Ricupero también insistió en lo grave de una crisis que por primera vez surge en el Sur pero extiende un efecto profundo por los países industrializados, hace caer las materias primas en general y afecta mercados tan distantes como Brasil y Chile.
Remarcó que al sudeste asiático ahora en crisis le debe la economía mundial su gran impulso de esta década. Un 50 por ciento del crecimiento económico fue dado por esos países, que junto con Estados Unidos fueron los motores del dinamismo de los 90, dijo.
Así que las dimensiones y perduración de su caída tendrán ramificaciones globales, y es fundamental para la economía mundial que no sucumban en una recesión larga y profunda como la de América Latina en la década pasada.
Ricupero planteó, en coincidencia también con Camdessus, Casas y otros oradores, que los acreedores deben contribuir con un reescalonamiento de los compromisos y la vinculación de los pagos a exportaciones futuras, en lugar de nuevos préstamos.
El secretario general de la UNCTAD lanzó su voz de alarma sobre las restricciones que están padeciendo los países asiáticos a sus exportaciones, de manera que el reequilibrio lo están logrando ediante una caída drástica de importaciones.
Citó el ejemplo de Indonesia que tumbó en 80 por ciento el valor de su moneda, pero sus empresarios no logran exportar por las duras limitaciones en materia de crédito y seguros.
Eso se traduce en hechos como que Corea y Tailandia lograrán en diciembre un superávit de su balanza, pero en base a que Tailandia, por ejemplo, redujera casi 30 por ciento sus compras, mientras sus ventas logró aumentarlas en menos de uno por ciento.
Aseguró que la amenaza más importante sobre una superación rápida y equilibrada de la crisis es la importante reacción proteccionista que se percibe en el comercio, ante el temor de una expansión de las exportaciones del sudeste asiático, después que esa región fue una gran importadora de muchos países.
Detalló que Europa planeaba antes del estallido de la crisis tener un excedente de comercio de 100.000 millones de dólares este año y Japón de 98.000 millones.
Ahora no sólo no sucederá, sino que no puede esperarse de esas áreas que haya un gran impulso al comercio, en el caso de Europa por el gran esfuerzo que supondrá para sus países el surgimiento de la moneda única, el euro, y en el del Japón por los efectos del contagio de la crisis.
Tampoco de China, el cuarto gran actor en emergencia en el mundo, detrás de la tríada Estados Unidos-Europa-Japón, podrá hacer un aporte fundamental, pese a medidas adoptadas para contener sus ventas y aumentar sus importaciones.
El resultado va a ser que la gran locomotora solitaria de la economía mundial y fuente de la gran demanda de impotaciones será Estados Unidos, según Ricupero, a costa de un déficit que ya fue de 150.000 millones de dólares en 1997, será de 200.000 millones este año y subirá otros 50.000 millones en 1999.
Pero ello sería a costa de una desaceleración de su propia economía, para lo que será difícil el consenso interno en un año de elecciones legislativas y cuando el Congreso ya dio una señal proteccionista clara al rechazar otorgar al presidente Bill Clinton la "vía rápida", cuando aún no existía la crisis.
Sin embargo, aunque se lograran superar todos estos escollos en el ámbito de la llamada economía real, Ricupero, Camdessus y Casas coincidieron que nada se adelantará si no hay una mayor información, una mayor transparencia y sobre todo una regulación institucional de los agentes financieros internacionales.
Camdessus dijo que de la reunión de Caracas no pueden salir mandatos claros en ese punto, pero sí señales de la urgencia de reforzar institucionalmente el sistema financiero y de que éste adquiera la capacidad de supervisar los mocimientos de capital. (FIN/IPS/eg/dg/if/98