La sobreoferta de petróleo que ha hundido los precios del petróleo en el inicio del año es un ave pasajera porque a mediano y largo plazo habrá escasez en la oferta de ese combustible, indicó hoy en Venezuela un especialista mundial en energía.
El británico Michael Jefferson, subsecretario general del no gubernamental Consejo Mundial de Energía (CME), citó que 40 por ciento de la población mundial aún no se incorporó al uso de fuentes comerciales de energía y una parte importante lo hará en el próximo medio siglo.
Todos los pronósticos coinciden en que el petróleo seguirá representando un tercio de la demanda total de energía, mientras que los combustibles fósiles en general se mantendrán como la fuente de 76 por ciento del consumo mundial.
En América Latina y el Caribe, la demanda de energía crecerá a un ritmo de tres por ciento interanual en los primeros 20 años del siglo, precisó el vicepresidente regional del CME, el venezolano Joaquín Tredinick.
Jefferson y Tredinick participaron este miércoles en la inaguración de un foro de tres días de América Latina y el Caribe sobre las perspectivas energéticas hacia el siglo XXI, organizado por el capítulo reginal del CME, que tiene la sede central en Londres y presencia en 100 países.
La organización agrupa a académicos, empresarios y organismos dedicados a la energía en el mundo y su principal misión es analizar la tendencia a largo plazo en el sector y promover un desarrollo sustentable o ecológicamente concebido en el área.
Jefferson explicó que la segunda fuente de energía primaria continuará siendo por un tiempo el carbón, que captura ahora 22 por ciento, seguido del gas natural (21 por ciento), el sector nuclear (seis por ciento), la hidroelectricidad (cuatro o cinco por ciento) y la energía solar (dos por ciento).
Las fuentes no tradicionales como la madera y la biomasa suponen 11 por ciento, explicó.
Son 2.000 millones las personas que todavía no tienen acceso a fuentes comerciales de energía, y Jefferson precisó que están situadas en el Sur en desarrollo, donde más crecerá la demanda en el próximo medio siglo.
Los estudios del CME inican que entre 1990 y 2020 se van a invertir entre 20 y 30 billones de dólares (trillones anglosajones), a valores constantes de 1990, y que de ese total al menos tres billones se localizarán en América Latina.
Durante la reunión de dos días se abordarán aspectos como el crecimiento económico de la región latinoamericana, la riqueza y diversificación de energía y la capacidad de autosuficiencia, la indispensable incorporación de la variable ambiental a la producción y consumo, y los pasos en la integración del sector.
Jefferson indicó que antes de la mitad del siglo XXI, en la región vivirán más de 800 millones de personas, frente a los algo más de 500 millones actuales.
Sólo en América del Sur los habitantes superarán para el año 2050 los 500 millones, de los que la mitad se concentrarán en Brasil.
Venezuela, precisó, es y se mantendrá como una de las 10 potencias energéticas mundiales, por sus reservas de petróleo, gas, carbón, hidroelectricidad y el peso creciente que se calcula que tendrá su combustible sintético de orimulsión en el consumo futuro.
El presidente de Venezuela, Rafael Caldera, indicó que los países ricos en energía tienen una responsabilidad creciente ante la humanidad, y que hay que tomar conciencia de, que se trata de un sector que incide directamente sobre el desarrollo de los pueblos.
Aseguró que en materia de petróleo y de otras fuentes de energía debe promoverse "el equilibrio y la sensatez" en el manejo por productores y consumidores, porque otra actitud sería imponer condiciones negativas para "los países, los pueblos y las entidades que participan en el negocio".
Tredenick señaltó que en el próximo siglo "las miradas se van a volcar en América Latina por sobradas razones", y detalló que sólo en petróleo la produción futura se sitúa en 20 millones de barriles diarios.
Sobre el sector eléctrico, Tredenick indicó que la región deberá incrementar en más de 50 por ciento su oferta actual -de 180 gigavatios- para atender la demanda, lo que va a obligar a una fuerte participación privada en el sector, porque las inversiones no podrán ser enfrentadas por los Estados. (FIN/IPS/eg/dg/en- if/98