Estados Unidos y México dejaron atrás viejas suspicacias al presentar una estrategia de cooperación antinarcóticos que incluye acciones contras las mafias, el consumo de drogas, el lavado de dinero y la corrupción.
El país que más consume drogas en el planeta y su vecino, el principal centro de tránsito de estupefacientes y lavado de dinero de América Latina, afirman que con su estrategia, preparada durante los últimos siete meses, los mafiosos enfrentarán una guerra sin cuartel desde todos los frentes.
"Estamos ya hablando un lenguaje común con Estados Unidos", dijo el viernes en conferencia de prensa el procurador de México Jorge Madrazo tras descartar que su país haya cedido parte de su soberanía o aceptado presiones de Washington al momento de elaborar la estrategia.
Se trata de un plan elaborado "con total honestidad, transparencia y buena intención", aseguró el procurador.
Presentado en forma simultánea en México y Washington, el documento bilateral comprende 16 puntos.
Entre ellos se incluye la reducción de la demanda de drogas, descenso de la producción y tráfico, acciones para mejorar la procuración de justicia, combate al tráfico de armas, control del comercio de precursores químicos y persecución al lavado de dinero.
Además, medidas para evitar la corrupción de funcionarios, mejorar la gestión de policías y agilizar el intercambio de información y los procesos de extradición.
También se menciona el compromisos para trabajar en conjunto por el éxito de la Asamblea Extraordinaria de las Naciones Unidas sobre las Drogas Ilícitas, programada para junio.
Funcionarios de Estados Unidos y México, enfrentados en el pasado por casos de corrupción o por el proceso de certificación antidrogas al que Washington somete cada año a otros países, coinciden en señalar que su relación vive uno de los mejores momentos.
El problema de la drogas es una responsabilidad conjunta y ese es un concepto compartido con Washington, dijo la canciller de México, Rosario Green.
Al referirse al proceso de certificación, que México siempre logró aprobar, Green sostuvo que se trata de un asunto interno de Estados Unidos que no influye actualmente en la cooperación antidrogas bilateral.
En relación a supuestos documentos secretos de las agencias de inteligencia de Estados Unidos publicados por la prensa, donde se sostiene que el secretario de Gobernación (Interior), Jaime Labastida, estuvo involucrado con las mafias, la canciller descartó que sean verdaderos.
Para aclarar el asunto, informó que solicitó información directamente a Washington para saber de dónde provienen esas versiones, que, según dijo, lo único que hacen es perjudicar la cooperación bilateral.
La estrategia bilateral contra las drogas, presentada este viernes, es el tercer acuerdo de alto nivel y alcance que Estados Unidos y México concertan en materia de combate al narcotráfico desde 1996.
Primero fue la conformación del Grupo de Contacto de Alto Nivel, que reúne a las autoridades antidrogas de los dos países, luego la firma de una alianza y finalmente la actual estrategia, cuyas acciones están definidas para aplicarse durante este año.
Funcionarios de ambos países aseguran que quedaron atrás los problemas generados luego la detención del jefe antidrogas de México, general Jesús Gutiérrez, en febrero de 1997, por tener vínculos con los carteles de la droga.
Washington había entregado a Gutiérrez información importante sobre la lucha contra las mafias.
Ahora los esfuerzos se realizan en un ambiente de total confianza, afirman.
A diferencia de anteriores posiciones de Washington, en las que pedía a otros países aplicar una guerra total contras las mafias sin que esa postura tenga correlación con en el combate al consumo, en la estrategia con México se pone un énfasis especial para desalentar el uso de drogas.
Los dos países trabajarán en conjunto para bajar el consumo, compartirán experiencias en ese campo y celebrarán conferencias periódicas para definir las medidas que deben aplicarse. (FIN/IPS/dc/dg/ip/98