DESARME: EE.UU. también niega el ingreso a inspectores de armas

Estados Unidos impide el ingreso a su territorio de inspectores de armas de ciertas nacionalidades aunque está listo para un ataque militar contra Iraq por adoptar la misma postura.

La diferencia radica en que Washington es signatario de la Convención de Armas Químicas y tiene el derecho a negar el ingreso de inspectores designados por la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPCW), de La Haya. Bagdad no suscribió el tratado.

El año pasado, Washington impidió el ingreso de dos inspectores de armas químicas, un cubano y un iraní, designados por la OPCW según los términos de la Convención.

Los inspectores iban a realizar una inspección de rutina de una de las numerosas instalaciones químicas en Estados Unidos. A ambos se les negó el ingreso porque el Departamento de Estado (cancillería) de Washington considera países "terroristas" a Cuba e Irán.

Algunos acusaron a Washington de regirse por una doble escala de valores debido a su posición favorable al derecho de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) de enviar inspectores estadounidenses a fábricas iraquíes, según las resoluciones posteriores al cese del fuego de la guerra del Golfo.

Pero funcionarios de la OPCW señalaron que el rechazo del inspector cubano y del iraní es un procedimiento normal, según los términos de la Convención.

Cuando los estados se adhieren al tratado, se les brinda una lista de los 122 inspectores de la OPCW que pronto se elevará a 204, explicó a IPS el portavoz de la organización, Donato Kiniger.

Los estados "pueden rechazar a algunos (inspectores) por sus referencias, experiencia o incluso nacionalidad, y no hay problemas con ello", señaló.

"Más de 40 países están representados entre nuestros inspectores, todos capacitados y entrenados. Los inspectores son empleados de tiempo completo de la OPCW. Nosotros los contratamos y no cuentan con el respaldo oficial de sus gobiernos", añadió Kiniger.

"Por supuesto, si un miembro rechaza a todos (los inspectores), sería otra cuestión. Pero es lógico que algunos países tengan reservas sobre otros con los que no mantienen buenas relaciones", opinó.

Sin embargo, existen otras inquietudes sobre la actitud de Washington hacia la implementación de la Convención, que establece dos tipos de inspecciones.

Existen las inspecciones de rutina y planificadas de sitios de armas químicas conocidos y las avisadas con poca antelación, realizadas a pedido de cualquier país signatario en lugares sospechosos.

Todas las partes de la Convención deben presentar una lista de sus instalaciones químicas, que son inspeccionadas para verificar las declaraciones.

El presidente estadounidense Bill Clinton deberá promulgar un proyecto de ley que el Congreso aprobó el año pasado para adecuar las leyes del país a la Convención y crear un organismo nacional para administrarla.

El artículo 303 del proyecto especifica las razones por las que Washington puede rechazar a los inspectores, como la sospecha de que hayan participado en actividades terroristas o criminales.

Pero el proyecto de ley contiene un criterio mucho más ambiguo, ya que Estados Unidos también podría rechazar a un inspector si su participación implicara un "riesgo para la seguridad nacional o el bienestar económico de Estados Unidos".

Además, el proyecto estipula que no hay posibilidad de apelación si el presidente hace uso de su derecho de objeción.

No obstante, potencialmente mucho más perjudicial para el futuro de la CWC y la credibilidad de Washington es el artículo 307, el cual contiene un párrafo que permite al presidente de Estados Unidos negarse a cualquier inspección por razones de seguridad nacional.

El párrafo podría efectivamente anular cualquier otra disposición en esta extensa y compleja pieza de legislación, ya que si Clinton, o uno de sus sucesores, invoca el artículo 307, sentará un precedente para cualquier otro país del mundo.

Además, antes de ratificar el tratado en abril de 1997, algunos políticos estadounidenses sugirieron que las inspecciones podrían entrar en conflicto con la Cuarta Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, la cual protege contra la investigación y la confiscación "no razonable".

Los profesores de leyes de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, mayor Richard W. Aldrich y mayor Norman K. Thompson, examinaron la amenaza en un reciente documento.

"La implementación del intrusivo régimen de inspección de la CWC podría llevar a duras batallas legales, confrontando los derechos que tienen sujetos de inspección en la Cuarta Enmienda al interés nacional de que la CWC se implemente con éxito en todo el mundo", escribieron.

Los dos autores también temen que el desafío de las inspecciones permita a "países menos desarrollados el libre acceso a información que podría haber requerido muchos años de investigación y desarrollo".

El tema de la confidencialidad comercial y el entorpecimiento de las actividades industriales normales a causa de las inspecciones también es considerado. El proyecto de ley de Estados Unidos intenta evitar esto siempre que sea posible.

El artículo 4 estipula que la política estadounidense se propondrá "minimizar lo más posible la carga administrativa en la aplicación de la Convención de Armas Químicas a entidades comerciales y privadas, y tener en cuenta el posible impacto competitivo de las medidas reguladoras de la industria".

Aunque la CWC enfrenta muchos obstáculos en Estados Unidos, que deberán ser superados antes de que se convierta en un instrumento internacional realmente efectivo, Aldrich y Thompson creen que el esfuerzo vale la pena. (FIN/IPS/tra-en/jmp/rj/aq-lp-ml/ip/98

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