CUBA: Turistas españoles ignoran polémica por genocidio colonial

Un monumento a "las víctimas del genocidio del colonialismo español" en Cuba avivó la polémica entre los gobiernos de ambos países. Pero los sitios que marcaron su fin constituyen hoy la oferta turística más novedosa para los ciudadanos de la nación europea que visitan la isla.

"1898-1998, Cien Años de Historia" es el producto turístico creado por la cadena cubana Rumbos para que los visitantes conozcan los escenarios de la guerra hispano-cubano-norteamericana en su centenario.

El proyecto, dirigido fundamentalmente a historiadores y estudiantes, se propone mostrar a los turistas los hechos que marcaron el fin de casi cuatro siglos de dominio español.

Las ya frías relaciones entre Madrid y La Habana se vieron perturbadas por el anuncio oficial del gobierno cubano de la construcción de un monumento a las víctimas de la colonización.

"No voy a aplaudir esta decisión", expresó el canciller español Abel Matutes, quien reconoció que como en todos los procesos colonizadores en el español hubo abusos. Pero "el saldo es tan positivo que no me parece apropiado el citado monumento", apuntó.

El ministro de Defensa cubano, Raúl Castro, anunció el 28 de enero que se construiría un monumento a las víctimas "del genocidio del colonialismo español", al que comparó con el exterminio nazi.

El presidente Fidel Castro ratificó la decisión y comparó las 300.000 víctimas en la isla a fines del siglo pasado con los judíos perseguidos por los nazis y los vietnamitas concentrados por las tropas estadounidenses en los años 70.

Entre 1896 y 1897, el general Valeriano Weyler, Capitán General de la isla, dirigió la reconcentración "de todos los habitantes en los campos o fuera de la línea de fortificación" para cortar los suministros de todo tipo al Ejército Libertador.

En su libro "La Reconcentración", el coronel cubano Raúl Izquierdo explica que en pocos días los poblados con guarniciones militares se convirtieron en grandes cárceles para ancianos, mujeres y niños sin las mínimas condiciones de vida.

"Las tropas españolas tenían la facultad de arrasar con todo, incluso quemar las viviendas, destruir los sembrados y sacrificar los animales que no pudieran llevarse para eliminar el sustento del Ejército Libertador", apuntó.

Según el militar, un informe de la Cruz Roja fechado en La Habana en octubre de 1898 describió un "un cuadro monstruoso", con decenas de miles de personas que deambulaban por las calles "en busca de desperdicios en los latones de basura".

El censo de 1899 realizado por el gobierno estadounidense de intervención en Cuba reportó en 300.000 las víctimas totales de esta política.

Sin embargo, Izquierdo considera que ese registro tiene limitaciones, por lo que "resulta penoso que un siglo después no se pueda establecer con claridad la cantidad de personas que perecieron".

Esta política no aportó ninguna victoria para España y la convirtió en "el mayor genocidio cometido en este hemisferio", señaló el investigador. "Su único triunfo fue someter a la población indefensa al exterminio por hambre y por enfermedades, con un alto costo de vidas humanas".

A pesar de la significación de este monumento, Castro rechazó que tenga un carácter antiespañol e indicó que era una obra "anticrimen" y "antigenocida", en un intento por mitigar la reacción de Madrid.

Según los resultados de la última Feria Internacional de Turismo de Madrid, los turistas españoles han ignorado esta polémica y se espera que incrementen este año su presencia en la isla.

España es el tercer país emisor de turistas a Cuba, fue el pionero de la inversión extranjera y es el que tiene mayor cantidad de asociaciones mixtas con La Habana. (FIN/IPS/da/ag/if/98

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