La idea de la Comunidad Andina (CA) y el Mercosur de concertar un acuerdo marco sobre la proyectada liberalización comercial y avanzar después en las listas de desgravación, comienza a despertar problemas en los dos bloques.
Los ministros de Comercio de los cinco países andinos analizarán este viernes en Lima esta iniciativa, surgida en cancillerías de los dos bloques, como antesala de la ronda negociadora que se iniciará allí el lunes entre el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la CA.
Este mismo viernes, la cancillería argentina notificará a los cinco embajadores andinos en Buenos Aires que el Mercosur se orienta al logro de un acuerdo marco que fije las normas bloque a bloque de la liberalización y pueda firmarse antes de la cumbre americana del 18 de abril, en Santiago.
Los cancilleres de Colombia, María Enma Mejía, y de Venezuela, Miguel Angel Burelli, dieron como un hecho el día 20 en Caracas que el nuevo camino para la negociación entre los dos bloques es el de las dos etapas: un acuerdo marco y una inmediata negociación bilateral sobre la degravación en sí.
Pero en la reunión técnica previa al encuentro ministerial andino de este viernes, los llamados alternos reflexionaron con preocupación sobre el impacto que esa fórmula pudiera tener en la firme cohesión que logró la CA en esta negociación.
En tanto, empresarios especialmente comprometidos con el proyecto de una zona de libre comercio sudamericana como el venezolano Pedro Carmona, manifestaron sus grandes reservas sobre la idea de un acuerdo marco, ensayada ya antes en el tortuoso camino negociador emprendido en 1995 y reactivado en 1997.
Carmona explicó que lo más conveniente es negociar integramente de bloque a bloque cada fase de una progresiva zona de libre comercio y añadió que, además, en el acuerdo marco tendrían que ser solventados algunos de los puntos más espinosos.
Durante 1997, la CA (Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela) buscó con afán la rúbrica de un acuerdo completo con el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay).
Pero el Mercosur se mostró inflexible en normas de origen de 60 por ciento y plazos de desgravación de 12 años, además de no dejar ningún sector exceptuado del rápido abatimiento de aranceles, lo que la CA no consideró factible asumir.
Los países andinos consideraron esta propuesta como más dura que la negociada por el Mercosur con Chile y con Bolivia -cuyo acuerdo convergerá después en el andino general-, y planteaban plazos de 18 años y normas de origen de 40 o 50 por ciento.
En diciembre, los cancilleres y ministros de Comercio andinos se sintieron incluso "maltratados" cuando viajaron a Montevideo para sostener un encuentro esclarecedor sobre los obstácculos surgidos y no tuvieron sino una corta e informal reunión con sus colegas, en que se le reiteraron los términos rechazados.
Según lo trascendido de la reunión técnica andina en Lima, por parte del Mercosur se barajan 12 puntos para incluir en el acuerdo marco, pero también entre sus miembros, sobre todo Uruguay, hay reservas a un texto comprometedor para el futuro.
Entre los andinos se teme que por un lado el acuerdo marco rompa el ritmo negociador y dilate el logro del inicio real de la zona de libre comercio sudamericana, y por otro, que el Mercosur fije ritmos de negociación asimétricos en materia de desgravación con cada socio.
El vicepresidente argentino Carlos Ruckauf, dijo este jueves en Caracas que Argentina y los otros socios del Mercosur están especialmente interesados en avanzar rápido hacia la desgravación con Venezuela.
El mandatario argentino Carlos Menem desea dejar como logro de su presidencia semestral del Mercosur la concreción de un acuerdo cristalizador de la integración entre los dos grupos, sin que sea necesario que quede concordada de bloque a bloque las listas y los plazos de desmantelamiento de aranceles, añadió Ruckauf.
Las cancillerías andinas, con la reserva de Perú, parecen más proclives a avanzar con decisión en un acuerdo marco y se ha promovido un análisis del que rubricó en 1995 el Mercosur con la Unión Europea, como ejemplo a seguir.
Pero los Ministerios de Comercio perciben que si bien el acuerdo marco es una solución "sencilla que desentraba la dificultad técnica", no resuelve la negociación en sí y puede provocar divisiones que perjudiquen los intereses de todos.
Cuando termine la ronda negociadora de la semana próxima entre la CA y el Mercosur se sabrá si el atajo hacia la firma de un marco colectivo para después entrar en la desgravación en sí, se percibe como viable y eficaz o tiene iguales o parecidos obstáculos que el camino andado hasta ahora. (FIN/IPS/eg/ag/if/98