El poderoso exportador de esmeraldas Víctor Carranza fue detenido hoy por la policía de Colombia, acusado de promover grupos paramilitares a los que se atribuye asesinatos de campesinos y allegados a las guerrillas.
Carranza, conocido como "el señor de las esmeraldas", dueño de dos de las cuatro principales firmas colombianas exportadoras de esa gema, fue capturado en una lujosa residencia de las afueras de Bogotá ocho días después de que la Fiscalía divulgara la orden de captura.
El abogado del empresario, José Caicedo, negó veracidad a las acusaciones. Los órganos de seguridad colombianos investigan su participación en matanzas de campesinos desde 1980, pero hasta ahora no pudieron condenarlo.
Pero el empresario fue acusado en diciembre por un testigo encubierto, que a cambio de protección ofreció a un juez de la ciudad de Barranquilla, en el norte de Colombia, información sobre los nexos de Carranza con grupos paramilitares.
El testigo de identidad reservada declaró que Carranza era el principar patrocinador de los grupos paramilitares de derecha que actúan en la región de Boyacá, en el centro de Colombia, principal productora de la gema, y en los Llanos Orientales del centro- oeste.
Este testimonio también identificó por lo menos a tres empleados del empresario que participaron en masacres de campesinos a los que acusaban de apoyar a la guerrilla.
La captura de Carranza es un éxito de la campaña de los organismos de seguridad colombianos contra grupos armados ilegales, dijo el comandante de las fuerzas armadas, general Manuel Bonett.
Corresponde ahora a la justicia definir la veracidad de las acusaciones contra el empresario, agregó Bonnett.
Carranza cobró fama tras expulsar a la guerrilla de Boyacá en los años 80 y por su enfrentamiento con el narcotraficante Gonzalo Rodríguez Gacha, muerto por la policía en 1990.
El Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), un organismo de inteligencia de la policía, vinculó en 1980 al empresario con grupos de autodefensa de la hacienda "La 60", de la zona de Villevicencio (centro-oeste), donde se encontró una fosa con medio centenar de cuerpos.
Un juez lo absolvió de todas las acusaciones en esa oportunidad. Carranza fue capturado y liberado otra vez por el DAS en 1990 y liberado.
Su socio Pablo Delgadillo afirmó que las acusaciones constituyen "una campaña de la guerrilla para desprestigiarlo", porque Carranza "se ha negado a ceder a las extorsiones de dinero que éstos acostumbran para obtener beneficios económicos".
Alrededor del empresario, quien comenzó su carrera a los 10 años trabajando como minero y hoy es uno de los hombres más ricos del país, se han tejido imágenes contradictorias.
Para unos, es el protector de quienes viven de la explotación de esmeraldas, de las que Colombia es primer exportador mundial, mientras otros lo vinculan con narcotraficantes y en asesinatos al estilo del Lejano Oeste estadounidense.
El Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos lo vincula con los hermanos Carlos y Fidel Castaño, fundadores de las Autodefensas de Córdoba y Urabá, en el patrocinio de estos grupos armados.
Estos grupos paramilitares, apoyados también por algunos miembros de las fuerzas armadas, son responsables de 70 por ciento de los casos de violaciones de derechos humanos cometidos en Colombia, según ese informe.
Carranza afirmó en 1996 que esas acusaciones procedían de grupos guerrilleros. "No tengo relaciones con grupos al margen de la ley, no soy paramilitar, no estoy con los paramilitares ni los patrocino", declaró entonces. (FIN/IPS/yf/mj/hd/98