Un fuerte aumento en los aranceles de las carreras universitarias se registra este año en Chile, acompañado de un importante crecimiento en el número de alumnos inscritos en los establecimientos de educación superior.
Los altos costos y los constantes aumentos dificultan la permanencia en los establecimiento de los estudiantes, especialmente de aquellos pertenecientes a familias de ingresos bajos y medios.
"Las universidades tienen plena autonomía para fijar las cuotas de los aranceles", dijo a IPS José León, asesor de la División de Educación Superior del Ministerio de Educación, quien añadió que tampoco existe indicación legal alguna respecto del porcentaje de aumento anual.
El Banco Mundial realizó un estudio sobre el sistema universitario chileno, con el fin de diseñar un Programa de Mejoramiento de la Equidad y Calidad de la Educación (MECE) para la enseñanza superior.
El organismo internacional consideró que la educación universitaria en Chile tiene un sistema de financiamiento irracional y confuso, que no se adapta a los requerimientos económicos ni de equidad, y entra en contradicción con las políticas del gobierno.
Más grave aún, según el Banco Mundial, es que obliga a los jóvenes a matricularse sin la certeza de que obtendrán el financiamiento que necesitan para cursar sus estudios.
El costo de las carreras de universidades que reciben aporte del Estado (llamadas tradicionales) tiende a igualarse con el de las privadas.
Carreras como Medicina, Ingeniería o Abogacía superan los 4.000 dólares al año, sin contar el pago de la matrícula, de 130 dólares en promedio en universidades tradicionales y de 282 dólares en las privadas. En algunas de estas últimas se exige además un examen de admisión, con un costo de hasta 33 dólares.
El ingreso por habitante en Chile bordea los 5.000 dólares, de acuerdo con indicadores oficiales de 1997.
"Nuestro sistema en su totalidad es pagado y, por otro lado, es competitivo. Esto implica que para tener buenos alumnos y docentes y perspectivas de desarrollo, la universidad requiere de mayores recursos", comentó León al ser consultado sobre los motivos de los altos aranceles.
Para los estudiantes de bajos recursos existen posibilidades para hacer frente al pago de los altos aranceles, como créditos concedidos por el Estado y becas otorgadas por las mismas universidades.
Entre los créditos contemplados están el Fondo Solidario o crédito universitario y el crédito de la estatal Corporación de Fomento. El primero es exclusivamente para jóvenes de recursos económicos limitados, mientras que el segundo está dirigido a alumnos de nivel medio que mantengan buenas calificaciones.
Las universidades tanto estatales como privadas contemplan becas para los alumnos con buenos puntajes en las pruebas de admisión, como la Prueba de Aptitud Académica, y para buenos deportistas.
Pero no sólo los aranceles han subido. La cantidad de alumnos también va en aumento. La oferta de universidades, institutos y centros de formación técnica ha crecido considerablemente.
Universidades tradicionales son 23 (9,6 por ciento) en tanto que los establecimientos particulares son 262 (90,4 por ciento), la mayoría de los cuales se concentra en Santiago.
Para este año las vacantes de las instituciones que reciben aporte fiscal alcanza a 40.000. En 1997, las entidades privadas reunieron 192.153 alumnos, unos 20.000 más que las tradicionales. (FIN/IPS/amz-gcm/ag/ed/98