Los grandes proyectos de entretenimiento se multiplican en Brasil, fomentados por el gobierno, interesado en contener la salida de turistas, responsable de buena parte del déficit en las cuentas externas del país.
Unos 1.300 millones de dólares serán invertidos entre 1998 y 1999 sólo en la construcción de parques de diversiones, según informó el Ministerio de Industria y Comercio, con la esperanza de captar algunos de los 400.000 brasileños que cada año visitan los parques Disney de Estados Unidos.
, estatal de fomento, pasó a financiar tales proyectos ante el auge de la demanda que produjo la estabilización de la moneda nacional en 1994. Ya están en marcha inversiones por más de 4.400 millones de dólares en turismo y esparcimiento en general.
El gobierno busca por todas las vías reducir el déficit de cuenta corriente con el exerior, que alcanzó a 33.842 millones de dólares en 1997, una suma equivalente a 4,2 por ciento del producto interno bruto.
El turismo contribuyó al déficit con 4.377 millones de dólares, una cantidad 21,8 por ciento superior a la de 1996. Los viajes al exterior costaron 5.446 millones de dólares, mientras los visitantes extranjeros sólo dejaron en el país 1.069 millones.
La pérdida de divisas en el área turística se incrementa cada año desde 1990. Desde entonces, los gastos se multiplicaron por siete y los ingresos cayeron 12,7 por ciento, informó el Banco Central.
Los brasileños ocupan actualmente la tercera posición entre los visitantes a Disney World y son los mayores compradores de productos locales, señaló María Lucía Romero, directora de Tierra Encantada, un parque de diversiones inaugurado en enero en Río de Janeiro.
Junto al Playcenter de Sao Paulo y el Beto Carrero en el sureño estado de Santa Catarina, Tierra Encantada compone el triángulo de grandes parques que ya operan en este país y que recibirán probablemente siete millones de visitantes este año.
El parque, que fue inaugurado aún incompleto, tendrá capacidad para unas 25.000 personas por día y, según las investigaciones de mercado realizadas, logrará 3,5 millones de visitantes anuales, lo que se concretaría "quizás en 1999", dijo Romero.
Agregó que muchas personas con capacidad adquisitiva suficiente para viajar al exterior, además de seguir divirtiéndose en Disney World, en Estados Unidos, "también vendrán a Tierra Encantada, y los turistas extranjeros que llegan a Río de Janeiro se quedarán un día más para visitar nuestro parque".
Para las autoridades económicas, desarrollar el turismo interno es una forma de evitar la evasión de divisas, por lo que se adoptaron varias medidas, como rebajar el precio de los vuelos comerciales internos.
La sobrevaluación del real respecto del dólar y el hecho de que los vuelos domésticos son, proporcionalmente, más caros que los internacionales, estimularon el turismo externo.
Para neutralizar esta desventaja, se aumentó 50 por ciento la tasa de embarque para los viajes al exterior y se prohibió la compra financiada con tarjetas de crédito fuera del país.
Pero las soluciones permanentes pueden resultar del estímulo a la creación de atracciones turísticas en el país, para competir con las ofertas en el extranjero.
El Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social apoya desde el año pasado numerosos proyectos de turismo y entretenimiento, aportando más de 1.200 millones de dólares en créditos a largo plazo y con tasas de interés preferenciales. Tierra Encantada obtuvo un préstamo de 50 millones.
Otros centros de diversiones proliferan en el país con distintas características. Playcenter, la empresa más antigua en el sector, se propone construir seis nuevos parques en Brasil y otro en Buenos Aires en los próximos cinco años.
El primer parque de Playcenter, instalado hace 25 años en Sao Paulo, ha recibido 50 millones de visitantes, informó la gerente de comunicación de la empresa, Esther Alvarenga. El grupo cuenta también con una Unidad Móvil que recorre el interior del país y naciones vecinas.
También fueron habilitados en varias zonas del país parques acuáticos, con piscinas de todo tipo, algunas de ellas incluso con olas, deslizaderos y juegos, entre otras variantes. El grupo Wet'n Wild, de Florida, Estados Unidos, está construyendo en Brasil cinco centros de este tipo.
Se calcula que hay 800 grandes parques acuáticos en el mundo, 500 de ellos en Estados Unidos, y sus ingresos anuales ascienden a 1.500 millones de dólares.
Los parques de diversiones son un negocio mundial que moviliza 16.000 millones de dólares al año, según la asociación internacional que los nuclea. En Estados Unidos, cuna de esos centros de ocio, hay 120 parques, que reciben 240 millones de visitantes por año. (FIN/IPS/mo/dm-ff/if cr/98