El secuestro del embajador estadounidense en Brasil en septiembre de 1969 resultó en la liberación de 15 presos políticos en la ocasión y puede ahora permitir al cine brasileño ganar su primer Oscar.
"Qué es eso, compañero", bautizada "Cuatro dias en septiembre" en la versión para Estados Unidos, es una de las cinco películas que compiten por el premio a la mejor producción en lengua extranjera, que será otorgado el 23 de marzo por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood.
El filme cuenta la historia del grupo guerrillero que secuestró al embajador Charles Elbrick para divulgar sus objetivos políticos, denunciar la dictadura militar vigente en Brasil y exigir la liberación y traslado a México de 15 prisioneros.
Es la segunda vez que una película brasileña resulta seleccionada como candidata al Oscar. Hace dos años, "El cuatrillo" estuvo en la lista, pero ahora aumentó el entusiasmo de la gente de cine en Brasil, por creer que hay mayores posibilidades de triunfo.
El coqueteo con el Oscar se limita a una misma familia. Bruno Barreto, que dirigió "Qué es eso, compañero", aventaja a su hermano Fabio, de "El cuatrillo", porque domina mejor la idiosincrasia y el lenguaje de Hollywood.
Allí vivió en los primeros años 90 y se casó con la actriz Amy Irving, divorciada de Steven Spielberg, para regresar a Brasil en 1996 y rodar su película, que fue criticada tanto por los militares como por sobrevivientes de los grupos guerrilleros.
El filme trata "como héroes" a "los subversivos", se quejaron militaron participantes de la represión política y hoy retirados del servicio activo.
Mientras, los ex guerrilleros señalaron que la obra es más tolerante con el policía torturador que con los secuestradores del embajador, que son mostrados de forma caricaturesca y cuyo jefe es el villano de la película.
El diputado Fernando Gabeira, autor del libro de memorias que dio origen a la película, manifestó solidaridad con los productores, defendiendo la libertad de creación del cineasta.
Gabeira, que representa en el parlamento al Partido Verde, vive una rara situación. Si "Qué es eso, compañero" gana el Oscar, no podrá estar en Hollywood para la fiesta. El gobierno estadounidense veta su entrada en el país, por haber participado del secuestro de Elbrick.
Gabeira, entonces un joven y brillante periodista, era el responsable de la casa en que Elbrick fue mantenido en cautiverio. Detenido algunos meses después, con una grave herida de bala, fue canjeado en 1970 por otro embajador, el alemán, por el cual los militares aceptaron expulsar 40 presos a Argelia.
Al volver a Brasil en 1979, gracias a la amnistia decretada por el último general presidente, Joao Baptista Figueiredo, publicó el libro "Qué es eso, compaero", sobre la lucha guerrillera y su exilio en Cuba, Chile y Suecia.
Pasados 28 años y medio del secuestro de Elbrick, Washington aún prohibe el ingreso de Gabeira en territorio estadounidense.
En cambio, el cine de este país es ahora mejor acogido en Estados Unidos. Hay actualmente tres películas brasileñas en exhibición en el gran mercado estadounidense. "Qué es eso, compañero" se proyecta en 42 ciudades, un hecho sin precedentes, destacó Bruno Barreto.
Además, "Tieta de Agreste" y "La ostra y el viento", de los veteranos directores Cac Diegues y Walter Lima Junior, respectivamente, disputan espectadores a la gigantesca producción de Hollywood.
Los productores de "La ostra y el viento" apuntaron al mercado internacional, tanto que la película es hablada en inglés. "Qué es eso, compaero" también fue rodada con ambición de ingreso en el circuito mundial, a partir del propio tema, que involucra un diplomático estadounidense en riesgo de muerte.
La participación de la película de Bruno Barreto en la carrera por el Oscar pone en evidencia las desigualdades de la industria cultural. "Titanic", que es candidata a 14 premios Oscar, tuvo un costo de 200 millones de dólares, 50 veces el presupuesto de la brasileña.
"Qué es eso, compañero" no alcanzó a reunir 300.000 espectadores en Brasil, una cantidad insuficiente para pagar su costo. La esperanza es la taquila externa y su relanzamiento en las salas de Brasil, aprovechando la publicidad que representa la sola candidatura al Oscar.
"El Cuatrillo", con un millón de espectadores, fue una de las pocas producciones brasileas que produjo utilidades. De todas formas, una nueva legislación que ofrece beneficios fiscales ha estimulado a muchos inversionistas a destinar capitales al cine.
Los cineastas brasileños de hoy tienen menos preocupaciones filosóficas y políticas que el "Cinema novo" de los años 60, y en la caza del mercado reemplazaron la influencia europea por un lenguaje más cercano a Hollywood.
El gran objetivo es mantener una producción constante y evitar que la buena etapa actual de la industria sea sólo otra ola pasajera, advirtió Cac Diegues. (FIN/IPS/mo/ff/cr/98