Seis meses después de haber asumido, el presidente de Bolivia Hugo Banzer parece carecer de rumbo y de programa de gobierno, señalan comentaristas.
Banzer, de 71 años, cumplió este fin de semana la mitad de su primer año de gestión, sobre un total de cinco años, y sigue estando perseguido por la sombra de su antecesor Gonzalo Sánchez de Lozada, agregan.
El economista e investigador Carlos Toranzo destaca que el gobierno aparenta no tener timón y le falta una ingeniería política para manejar los conflictos.
Toranzo, analista del no gubernamental Instituto Latinoamericano de Estudios Sociales, señala también que el jefe de Estado se maneja con una lógica clientelar, al tiempo que se ha destacado por imponer un férreo control a los medios de comunicación.
Banzer encabezó entre 1971 y 1978 una dictadura militar y ha conservado rasgos de ese período en su estilo de gobierno.
La decisión de eliminar el pago de un "bono solidario" (Bonosol) de 248 dólares por año a todos los bolivianos mayores de 65 años le valió una fuerte caída de su popularidad.
El Bonosol fue instituido en 1997 y se financia con fondos provenientes de los dividendos dejados por las empresas privatizadas, la mitad de cuyas acciones pertenecen a los ciudadanos mayores de 21 años.
En su campaña electoral, Banzer había prometido pagar el subsidio no sólo a partir de los 65 años sino desde los 55.
El presidente está a punto de echar por tierra la imagen de "concertador" que se había ganado al principio de su gestión al convocar a un amplio diálogo nacional con representantes de la sociedad civil para identificar las acciones más urgentes que requería el país,, sostienen comentaristas.
Banzer se ha negado a acceder a los pedidos de audiencia que le ha formulado Sánchez de Lozada, con quien tiene una fuerte rivalidad que lo ha llevado a desmerecer las reformas estructurales aplicadas en el período anterior, elogiadas por organismos internacionales,
"Enredado como está en su mezquina batalla para derribar en lo posible el andamiaje de la anterior administración (Banzer) empieza a pelear contra sus propios fantasmas", señala el periodista y comentarista de televisión Carlos Mesa.
Incluso el ex presidente Jaime Paz Zamora, hoy principal aliado de Banzer, dijo pidió la semana pasada al mandatario que deje de mirar al pasado y comience a gobernar.
Mesa opina también que al presidente le falta, además de un "liderazgo vigoroso y claro" e "ideas creativas", un análisis del sentido de la gigantesca coalición de partidos que lo sustenta.
En un tema como la histórica reivindicación boliviana de una salida al mar, el principal de la agenda de política exterior de este país, Banzer no tuvo en cuenta la posición de sus aliados y se comportó de manera "agresiva", estima el analista.
Banzer habla en todo foro internacional al que asiste del derecho de su país a una salida soberana al Pacífico por territorio de Chile, nación que le arrebató sus costas en la guerra de 1879.
Esa actitud reivindicativa y "patriota" propia de su formación militar le ha cerrado puertas, afirma Mesa.
Críticos independientes colocan en el lado positivo de la balanza de estos seis meses de gobierno, además de la iniciativa de "diálogo nacional", la erradicación de 7.000 hectáreas de cultivos de coca de manera pacífica. (FIN/IPS/jcr/dg/ip/98
