La renuncia del presidente de Armenia, Levon Ter-Petrosian, podría amenazar las negociaciones de paz con el vecino Azerbaiján y afectar el delicado equilibrio político en la mediterránea república ex soviética, según analistas políticos.
El primer ministro Robert Kocharian, de línea dura, se transformó en el presidente actuante, lo cual arroja dudas sobre el futuro del frágil proceso de paz entre ambos estados.
Kocharian encabezó las fuerzas armenias de Nagorno-Karabaj durante el sangriento enfrentamiento de 1994 con Azerbaiján por el enclave, una región histórica de Armenia que el gobierno soviético cedió a los azeríes en 1923.
La oferta original de Ter-Petrosian de renunciar fue considerada como una maniobra política destinada a obligar a sus partidarios a cerrar filas y concentrarse en su agenda, pero el parlamento la tomó en serio y el miércoles aceptó su renuncia por abrumadora mayoría (111 votos contra 30).
La medida se produjo luego de fuertes ataques de los opositores radicales de Ter-Petrosian, quienes lo acusaron de ceder ante la presión de mediadores internacionales sobre la larga disputa por Nagorno-Karabaj, ubicado al otro lado de la frontera con Azerbaiján.
Armenia capturó el enclave y grandes fajas de territorio azerí en 1994. La población armenia de Nagorno-Karabaj (80 por ciento) había decidido en un referendo de 1988 unirse con Armenia, pero Moscú reaccionó adversamente y las tropas soviéticas reprimieron manifestaciones con dureza.
Kocharian y Vano Syradigian, alcalde de la capital armenia, Ereván, afirmaron que Ter-Petrosian estaba listo para entregar el territorio y retirar las fuerzas de ocupación de Azerbaiján, aislando una vez más a Nagorno-Karabaj, que está encerrado por territorio azerí.
Los esfuerzos internacionales de mediación en el marco de la conferencia de Minsk de la Organización de Seguridad de Cooperación en Europa (OSCE) exigen como primer paso que las fuerzas armenias se retiren de Azerbaiján.
Aparentemente, Ter-Petrosian no quiso utilizar sus facultades presidenciales contra sus opositores políticos, lo cual podría haber desencadenado una crisis de mayores proporciones en Armenia.
Según la Constitución, el presidente renunciante debe ser reemplazado por el presidente del parlamento, cargo que ocupa Babken Arapetian, pero éste, como defensor de Ter-Petrosian, también renunció.
En consecuencia, el presidente actuante es Kocharian, y el frágil proceso de paz con Azerbaiján pende de un hilo.
Durante la guerra comenzada hace una década, las fuerzas separatistas de Nagorno-Karabaj, respaldadas por Armenia, expulsaron a las fuerzas azeríes del enclave y tomaron una porción significativa de territorio de Azerbaiján. La guerra causó 20.000 muertes y desplazó a un millón de azeríes.
Kocharian fue electo presidente de la autoproclamada república de Nagorno-Karabaj en noviembre de 1994, pero renunció en marzo de 1997 al ser designado primer ministro de Armenia.
Las negociaciones de paz entre Armenia y Azerbaiján no produjeron resultados, y varios intentos de mediación también fracasaron.
Pese a una tregua vigente desde hace tres años, la tensión subsiste y a menudo se producen fugaces enfrentamientos en áreas fronterizas. (FIN/IPS/tra-en/sb/mk/ml/ip/98
