Las mujeres de Argentina consiguieron en 1991 una ley que les permite hoy ocupar casi 30 por ciento del Congreso, pero esta semana la lucha volvió a cero cuando hubo que nombrar al directorio de un banco público que administra los fondos de la capital: los beneficiados son ocho hombres.
Los argumentos para designar sólo hombres en el directorio del Banco Ciudad -el número 11 de Argentina por volumen de depósitos- rondaron sobre la presunta idoneidad de los elegidos.
"Los cargos exigen idoneidad y capacidad específicas y eso debe prevalecer sobre cuestiones formales como el cupo", dijo uno de los asesores jurídicos del banco.
Zita Montes de Oca, dirigente feminista que creó un Banco de Datos de Mujeres en Política en donde se acumulan ya más de 800 currículum de mujeres capacitadas para ocupar cargos públicos, consideró "un disparate inadmisible" el argumento con el que se resiste la incorporación femenina a la entidad.
"Los varones son muy generosos cuando se trata de ceder bancas en el Congreso, donde muchas mujeres obedecen los mandatos de sus partidos, pero cuando hay que disputar un espacio de poder real como es el manejo de un banco, ahí hay resistencia", dijo a IPS.
"Estamos en una democracia, y se trata de que todos tengamos oportunidades", remarcó.
La Carta Constitucional de la Ciudad de Buenos Aires, aprobada hace apenas dos años, exige que se respete el cupo de 30 por ciento como mínimo para incorporar mujeres en la administración de las instituciones de la capital de Argentina, y el banco es una de ellas.
Sin embargo, la designación de ocho hombres fue aprobada por el jefe comunal, Fernando de la Rúa, su ministro de Economía y ratificada por diputados nacionales del oficialismo y de los principales partidos de la oposición.
Ninguno objetó que se estaba violando un artículo de la Carta que obliga a incorporar al menos dos mujeres en el directorio.
Los cargos no fueron ocupados por concurso, como señaló la dirigente María José Lubertino, una de las que participó de la Asamblea Constituyente que elaboró la ley madre para la ciudad.
"Se distribuyeron políticamente, en proporción a cada partido", destacó.
Lubertino, que además preside el Instituto Político y Social para la Mujer, advirtió que las mujeres que se podrían incorporar "piensan distinto" y hay muchas emparentadas con temas tales como la integración, el apoyo crediticio a la pequeña empresa y otros asuntos económicos.
Ahora, las diputadas de todos los partidos con representación parlamentaria fueron advertidas de la violación del derecho al cupo y estudian realizar una presentación conjunta ante las autoridades.
Paralelamente, siguen llegando al escritorio del alcalde quejas de organismos feministas de España, Italia, Francia, Gran Bretaña, Austria y Suecia.
El cupo femenino en el Parlamento permitió que entre 1993 y 1997 las mujeres pasaran de 13 a 73 sobre un total de 257 asientos.
En el Senado, donde no hay cupo, las mujeres son sólo cuatro sobre 72.
En la justicia federal tienen 20 por ciento de los cargos, son 4,8 por ciento entre los jefes municipales, hay nueve embajadoras y una ministra en el gabinete nacional. (FIN/IPS/mv/dg/pr/98)