El presidente argentino Carlos Menem, cuyo índice de popularidad, cayó a apenas 15,4 por ciento este mes, advirtió que si "la gente" lo reclama y una nueva Constitución lo habilita, será candidato a un tercer período de gobierno.
Un sondeo del Centro de Estudios Nueva Mayoría sostiene que en la primera semana de este mes, Menem tuvo 15,4 por ciento de opiniones positivas, 49,3 por ciento negativas y 33,2 por ciento regulares.
El indicador es más bajo que en 1997 (18 por ciento de opiniones positivas) y es uno de los peores para el presidente en sus casi nueve años de gestión.
Su política económica, que en otros momentos representaba su principal caudal político, también está en baja.
En 1991, cuando se inauguró el plan de estabilización económica, la valoración positiva de la gestión de Menem rondaba 43 por ciento, y en febrero de este año cayó a 16,4 por ciento.
El alto desempleo, la pobreza, la distribución cada vez más inequitativa de la riqueza, la corrupción, la falta de independencia de la justicia, la crisis de la educación, la salud y del sistema de previsión emergieron como desafíos que la sociedad reclama resolver con urgencia desde hace ya varios años.
No obstante, desde que comenzó su segundo período en 1995, las encuestas le dan en baja, y parecería ser que -al decir de la diputada opositora Graciela Fernández Meijide- al presidente "se le acabó el libreto".
Así lo señaló también el ex ministro de Economía Domingo Cavallo, pilar de los éxitos económicos de la primera gestión de Menem, cuando se logró acabar con la hiperinflación.
"Menem se quedó sin un programa y desde que fue reelecto, en 1995, dejó de tener la audacia que lo había caracterizado en su primer período para llevar adelante la reforma económica y luchar contra la corrupción", dijo Cavallo, que en 1996 fue separado del gobierno en 1996 y fundó un nuevo partido centrista.
A pesar de estos datos, el presidente se manifestó el sábado proclive a una tercera gestión a partir de 1999, "si le dan la posibilidad constitucional y la gente lo pide".
Menem tampoco descartó aceptar la candidatura si la Corte Suprema de Justicia -cuestionada por su presunta parcialidad- interpreta que el presidente no debe estar proscripto.
Las pretensiones de Menem parecen seguir los pasos de su colega peruano Alberto Fujimori, que consiguió se apruebe una ley interpretativa de la Carta Magna reformada de manera de habilitarlo a un tercer período.
Pero la diferencia entre Menem y Fujimori es que el mandatario argentino, además de estar muy mal conceptuado en las encuestas, tiene muchos rivales dispuestos a sucederlo dentro y fuera de su partido y con mucha mejor imagen en las encuestas.
La Carta Magna argentina fue reformada en 1994 a instancias de Menem, que buscaba ser reelecto para un segundo período pero la Constitución entonces vigente no se lo permitía.
Finalmente, obtuvo la reforma que acortó el mandato presidencial de seis a cuatro años, posibilitando "sólo" un segundo período consecutivo.
Sin embargo, en los últimos meses diversos dirigentes del gobernante Partido Justicialista, legisladores, funcionarios y ex funcionarios impulsan amparos judiciales y medidas legales para conseguir que se tome el segundo período como el primero y que se realice un referéndum para volver a reformar la Carta.
Hasta el momento, Menem parecía no alentar la ofensiva re- reeleccionista de sus colaboradores, pero este sábado sorprendió al anunciar personalmente que si él observa que el Partido Justicialista puede perder en 1999 aceptará postularse siempre y cuando se lo permita la Constitución y lo pida la gente.
La advertencia de Menem no slo provocó reacciones airadas de los dirigentes de la nueva Alianza de oposición, que tienen posibilidades de triunfar en 1999. También dentro del propio Partido Justicialista hubo un fuerte rechazo.
Uno de los comentarios más polmicos de Menem fue que si no llega a ser presidente en 1999 y gana un candidato de su partido, "alguien estará en el gobierno, y yo en el poder".
El jefe de Estado retomó así el eslogan del fundador de su partido, Juan Perón, que lo usó en 1973 cuando estaba exiliado y proscripto y avaló a un candidato que ganó, Héctor Cámpora.
Cámpora gobernó sólo por unos meses, durante los cuales levantó las proscripciones, facilitó el retorno de Perón, y convocó a elecciones generales en las que triunfó la fórmula encabezada por Perón, en lo que fue su tercer gobierno en Argentina.
Los más molestos con las declaraciones fueron los colaboradores del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Eduardo Duhalde, el más mentado precandidato del justicialismo para suceder a Menem.
Su esposa Hilda González, diputada por el justicialismo, declaró este lunes que los dichos de Menem son "poco serios y hacen mucho daño al justicialismo". "El presidente subestima a los dirigentes de su partido y habla como si no hubiera otro que él capacitado para gobernar".
EL alcalde de Buenos Aires Fernando de la Rúa, uno de los precandidatos a la presidencia por la Alianza de oposición, dijo que Menem pretende un "manoseo" de la Constitución, y pidió una vez más que la justicia determine explícitamente la imposibilidad del mandatario de asumir una tercera gestin. (FIN/IPS/mv/dg/ip/98