Expertos en educación rechazaron hoy en Argentina afirmaciones de una ministra, que responsabilizó a la televisión de una ola de fracasos estudiantiles coronada cuando ninguno de los 1.727 aspirantes aprobó el examen de ingreso a la Facultad de Medicina de la Universidad de La Plata.
En la Facultad de Ciencias Exactas de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, el resultado apenas mejoró: únicamente 25 por ciento de los estudiantes aprobaron el examen de ingreso, que requiere conocimientos adquiridos en la enseñanza secundaria.
El índice de reprobación de aspirantes a la Facultad de Ciencas exactas aumentó en Rosario, situada en la provincia de Santa Fe, al noroeste de Buenos Aires, donde sólo cinco por ciento de 1.900 estudiantes lograron ingresar. El fracaso es especialmente importante en matemáticas.
Y así se repitieron este mes los fracasos. Sólo cuatro de los 540 inscriptos para ingresar en la Facultad de Veterinaria de La Plata, aprobaron el examen que abre las puertas al curso preparatorio.
En este caso, se aclaró que se exigieron conocimientos que no se dictan en secundaria, pero no fue así en los otros episodios, en los que la evaluación fue sólo un repaso de conocimientos ya impartidos.
La ministra de Educación, Susana Decibe, advirtió el viernes que los jóvenes deben mirar menos televisión y estudiar cuatro horas al día en su casa, luego de la escuela. Decibe responsabilizó así a la familia del fracaso de los estudiantes, pero muchos críticos consideran que el problema reside en la reforma educativa, implementada sin consenso.
La pedagoga Adriana Puiggrós recordó que el gobierno impulsó una reforma de la enseñanza que implica cambios de contenido y criterios y no tiene consenso entre los maestros, y que la escuela secundaria, donde los estudiantes pasan seis horas diarias, no rinde los resultados esperados.
Mariano Nardowsky, un licenciado en Ciencias de la Educación, advirtió que cuando todos los alumnos fracasan en un examen, lo primero que debe hacerse es observar si esa evaluación está bien prparada o es confusa.
Nardowsky puntualizó que la televisión no necesariamente es enemiga del estudiante, sino que puede ayudarlo.
Según una encuesta realizada en 1997, en promedio, los niños y adolescentes en edad escolar -primaria y secundaria- ven cuatro horas 20 minutos por día de televisión. Sin embargo, el mismo estudio, realizado por la firma Espacio Media Tester, señala que entre los niños de menores recursos, rinden más los que ven más televisión.
La educación está en crisis en Argentina desde hace años. Los maestros y profesores mantienen una protesta que en abril cumplirá un año, pero sus reclamos no han sido respondidos.
Piden una ley que garantice el financiamiento de la educación, el aumento de salarios, mejor formación de los maestros y la construcción de nuevos edificios.
Los maestros están enfrentados con Decibe, porque en el tiempo que llevan en ayuno por grupos en una tienda de campaña frente al Congreso legislativo, no consiguieron avanzar en lo que reclaman.
Su salario llega en promedio a 300 dólares mensuales, frente a un mínimo de 500 al de un operario de fbrica o una empleada doméstica.
El sociólogo Emilio Tenti, experto en educación, señaló a IPS que la reforma educativa no tiene el respaldo de los maestros, que son los principales protagonistas de su ejecución, y ahora se comienzan a ver los resultados de ese desencuentro.
"Tenemos edificios, maestros, alumnos, se dictan clases, se obtienen títulos, pero en realidad, los estudiantes no aprenden, no incorporan saber ni desarrollan competencias", alertó Tenti, investigador de UNICEF. (FIN/IPS/mv/ff/ed/98