La contaminación de la sangre de decenas de niños que viven en las ciudades nórdicas de Arica y Antofagasta por causa de grandes depósitos de plomo abre un nuevo frente de conflicto ambiental en Chile.
Cinco menores residentes en las cercanías de los depósitos en Antofagasta -situada a 1.368 kilómetros de Santiago- presentan 40 microgramos de plomo en la sangre, un nivel muy elevado, de acuerdo a análisis que les fueron efectuados.
Los menores están internados en el Hospital Regional de Antofagasta y fueron sometidos a nuevos exámenes, según fuentes del Servicio de Salud local.
La toxicidad del plomo estaría afectando severamente las condiciones físicas y mentales de la población infantil próxima al puerto, de acuerdo con las denuncias iniciales.
Las autoridades locales terminaron el martes la toma de muestras de sangre a 200 niños menores de siete años para comprobar los exámenes previos y convencer al gobierno de la necesidad de trasladar el plomo a un lugar alejado de zonas habitadas.
El problema alcanza ribetes internacionales en el caso de Antofagasta porque se trata de depósitos de plomo de Bolivia que llegan a esa ciudad-puerto para ser embarcados por el Pacífico.
Las exportaciones bolivianas arriban a territorio chileno en virtud de un acuerdo bilateral de libre tránsito que busca ser respetado plenamente por las autoridades chilenas para evitar cualquier conflicto con su vecino.
La preocupación chilena se fundamenta en las reiteradas reivindicaciones bolivianas de salida directa al mar, perdida durante la Guerra del Pacífico, en el siglo pasado.
El canciller subrogante de Chile, Mariano Fernández, viajó este fin de semana a la ciudad boliviana de Santa Cruz para reunirse con su homólogo Federico Mesler y buscar una solución al conflicto ambiental.
Entre tanto, la presencia de plomo no se limita a la ciudad de Antofagasta sino que afecta también a Arica, en el límite norte con Perú, donde también hay depósitos que dañan gravemente la salud de la población local, especialmente los menores.
Expertos del Colegio Médico de Chile realizaron exámanes iniciales en 50 niños residentes en las vecindades de un depósito de residuos minerales abandonados hace más de 10 años por la luego desaparecida empresa Promel.
Los exámenes de 20 de esos menores presentaron síntomas atribuibles a la contminación crónica por arsénico y plomo, de acuerdo con dirigentes del Colegio Médico.
Los especialistas examinaron a niños vecinos a los depósitos de minerales situados en el puerto de Arica, donde hay 35.000 toneladas de minerales bolivianos.
También a menores residentes en el sector norte de la ciudad, donde otras 10.000 toneladas de desechos minerales están depositadas en un terreno al cual tienen libre acceso los vecinos.
Para ampliar estos estudios en la próxima semana visitará Arica un equipo de médicos del Instituto de Salud Pública.
Mientras en Antofagasta los minerales se encuentran en un recinto cerrado propiedad del puerto, en Arica parte de los residuos se hallan en un terreno al cual acceden directamente los menores que viven a unos 30 metros del local.
Según el presidente del Colegio Médico, Juan Luis Castro, unas 15.000 personas residentes en barrios cercanos a los depósitos de Arica se encuentran en grave riesgo sanitario.
Chile enfrenta diversos problemas ambientales -como la tala indiscriminada de árboles, producción industrial altamente contaminante y depósitos de materiales tóxicos-, a pesar de contar con una Ley de Medio Ambiente desde 1994. (FIN/IPS/gcm/dg/en/98