Representantes de América Latina y de la Unión Europea (UE) instaron hoy a ambas regiones a profundizar su acercamiento y cooperación y a producir resultados sustanciales en la cumbre de jefes de Estado prevista para 1999.
Quince ministros de la UE y 14 del Grupo de Río comenzaron este miércoles en Panamá una reunión de dos días para analizar la relación entre América Latina y Europa y preparar la cumbre del próximo año.
También se abordará el tema de la reforma de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la conferencia extraordinaria sobre drogas que el foro mundial realizará en julio.
La situación y perspectivas de las relaciones económicas entre la UE y los estados que integran el Grupo de Río, el fortalecimiento de la cooperación y el papel de la educación como instrumento estratégico en la superación de la pobreza y el desempleo, también figuran en la agenda de debates.
El presidente panameño Ernesto Pérez Balladares señaló, al inaugurar la octava reunión entre la UE y el Grupo de Río, que la globalización exige la adopción de "medidas de integración y sistemas efectivos de cooperación (entre países y regiones) para alcanzar mejores resultados".
Ese propósito se facilita porque "han quedado atrás los días en que el fondo y la forma de la función pública y de la organización social entre nosotros (europeos y latinoamericanos) eran tan distintos que se hacía imposible la consolidación del diálogo", subrayó Pérez Balladares.
Agregó que en esa época "la espontaneidad abierta era constantemente sustituida por una irrespirable atmósfera de permanente desconfianza".
El presidente del Parlamento Latinoamericano (Parlatino), el uruguayo Juan Adolfo Singer, fue más allá que Pérez Balladares y propuso la constitución de una comunidad latinoamericana de naciones.
"Nuestro objetivo es acelerar y profundizar el proceso de integración y constituir una Comunidad Latinoamericana de Naciones, porque todos los actuales procesos de integración sub regional apuntan hacia esa iniciativa", dijo Singer.
Sin embargo, advirtió que la tarea de la integración "requiere la participación de todos los actores sociales", como los sindicatos, los gremios empresariales y otros grupos representativos, "para que sea una verdadera integración".
En ese sentido, Singer recordó que "estas organizaciones han avanzado mucho más en la integración que los propios estados" de la región.
A pesar de ello, expresó su convicción en que "el proceso de integración de América Latina llegará a su culminación, porque representa el sentimiento y la voluntad de todos los latinoamericanos".
En medio del clima positivo que caracterizó la apertura de la reunión de Panamá, el español Manuel Marín, vicepresidente de la Comisión Europea, instó a los gobiernos de ambas regiones a "buscar más sustancia y menos formalidad" a los acuerdos que emanen de la cumbre de 1999.
Marín dijo que, por ejemplo, hay que ponerse de acuerdo "en que este nuevo orden económico (que procuran instituir el Grupo de Río y la UE) debe estar basado en la participación de todos".
Al respecto, instó a América Latina y Europa a convenir que "el viejo orden (económico) pasó a mejor vida".
Luego de señalar que la UE y el Grupo de Río tienen una visión común y una agenda autónoma para alcanzar la integración política y económica, Marín se manifestó en desacuerdo con las urgencias que propone Estados Unidos para constituir el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) antes del 2005.
"No nos gustan las pistas rápidas, porque corren el peligro de un desmoronamiento", puntualizó el comisario europeo, en alusión a la velocidad que el presidente estadounidense Bill Clinton desea imprimir al ALCA. (FIN/IPS/sh/ff/ip/98