La organización ecologista internacional Greenpeace pidió en Panamá que se clausuren todos los programas de uso de energia nuclear por estimar que constituyen una amenaza para la humanidad.
Un grupo de avanzada de Greenpeace, organización que ha cobrado notoriedad internacional por sus audaces protestas, se encuentra en este país para denunciar el próximo paso de un barco cargado con basura radiactiva por el canal de Panamá.
El activista de Greenpeace Carlos Bravo, indicó a IPS que el uso de material radioactivo con fines comerciales o bélicos, así como su transporte y almacenamiento, "es una amenaza para la población del planeta".
El barco de bandera inglesa "Pacific Swan" cruzará por el canal el viernes con una carga de escoria radiactiva vitrificada procedente de Cherburgo, Francia, con destino a Japón.
Desde 1984 se han realizado alrededor de 150 tránsitos de barcos cargados con uranio quemado en plantas atomoeléctricas de Japón para ser reprocesadas en plantas especializadas de Cherburgo y La Hague, también en Francia, así como en otra existente en Sellaffield, Inglaterra.
El uranio quemado es sometido a un tratamiento especial para extraerle el plutonio, el cual luego es regresado a Japón para su reutilización.
La escoria radiactiva se coloca en unos tubos vitrificados y luego se regresan por barco a Japón para ser almacenados de por vida, debido a su peligrosidad.
El transporte de uranio quemado desde Japón a Francia, así como el plutonio obtenido del reprocesamiento del mismo y la escoria vitrificada, son parte de un proyecto de reutilización de derivados del combustible nuclear "que ya no tiene razón de ser", subrayó Bravo.
Bravo, de nacionalidad española, explicó que Japón, Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos cancelaron los proyectos que tenían para producir energia eléctrica a partir del plutonio "luego de fracasar en el aspecto económico y de seguridad".
Entre las causas que obligaron a Japón a suspender el plan de uso de plutonio para producir electricidad se encuentra un accidente nuclear ocurrido en una planta prototipo radicada en la zona de Monshu, así como una creciente oposición popular al uso de sustancias radiactivas con fines comerciales.
Sin embargo, "inexplicablemente" Japón ha seguido enviando uranio quemado para continuar fabricando plutonio, pese a que éste no va a ser utilizado como combustible para sus plantas atómicas, inditó Bravo.
La única explicación que surge de la acumulación de plutonio por parte de ese país asiático "es que quiera darle un uso militar", añadió.
El coordinador de la campaña de Greenpeace contra el transporte internacional de plutonio, Tom Clement, informó a IPS que Japón ya cuenta con 16.000 toneladas de ese producto, de las cuales 1,7 ya se encuentran en su territorio.
Esa cantidad de plutonio es suficiente para fabricar una bomba atómica de potencia superior a las que lanzó Estados Unidos en 1945 contra las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, precisó.
Bravo advirtió que la única explicación para que Japón siga aferrado a sus contratos de reprocesamiento de uranio quemado para obtener plutonio en las plantas de Francia e Inglaterra es que esté pensando en "convertirse en una potencia nuclear".
"Realmente allí hay un problema que podría tener una vertiente militar", subrayó Bravo, ya que "ahora mismo el plutonio no sirve para ninguna otra cosa".
El alemán Michael Kunt, experto de Greenpeace en contaminación marina y del aire, explicó que además de los peligros de accidentes nucleares, las plantas de procesamiento de material radioactivo son altamente contaminantes del medio ambiente.
Dijo que 97 por ciento de la contaminación radiactiva en el Mar del Norte y el oceáno Atlantico proceden de las tres plantas de reprocesamiento de uranio existentes en Cherburgo, La Hague y Sellaffield.
Cada año se echan 230 millones de litros de líquidos radioactivos al Canal de la Mancha, entre Inglaterra y Francia, y en el Atlántico.
Kunt señaló que algunos componentes radioactivos arrojados al mar y a la atmósfera por las chimeneas de las plantas procesadoras "se quedan en el ambiente hasta 250.000 años".
Kunt, Bravo y Clement, afirmaron que la única solución a los peligros a que se expone la humanidad por el uso, transporte y almacenamiento de sustancias radiactivas es cerrar todas las centrales y las plantas de reprocesamiento y dejar el combustible y los residuos en los sitios donde se encuentran actualmente.
"Hay alternativas para sustituir la producción de energía por medios nucleares, ya que muchos países producen electricidad por medios no nucleares y tienen un alto nivel de vida, como Bélgica, Austria o Dinamarca", destacó el directivo de Greenpeace.
Un grupo de personalidades mundiales, como los ex presidentes Ronald Reagan y Mijail Gorbachov, de Estados Unidos y de la antigua Unión Soviética, reclamaron por su lado acabar con las armas nucleares. (FIN/IPS/sh/dg/en/98)