Cada día, unos 100 niños y niñas de cinco años de edad en promedio transportan sacos de azúcar de Uganda a Kenia sobre sus pequeñas espaldas y vuelven a su país con prendas de vestir que pasan de contrabando por la frontera.
Por la noche, los pequeños se refugian en confortables casas en la localidad de Malaba, del lado de Kenia, para recibir comida y cama a cambio del trabajo que realizaron durante el día.
Las actividades varían, pero en muchos países africanos los niños no concurren a la escuela porque son obligados a realizar trabajos que benefician económicamente a adultos.
"Se trata de la forma más criminal de explotación infantil", manifestó Ahmed Haggag, secretario general adjunto de la Organización de Unidad Africana (OUA).
Haggag habló en una conferencia de tres días sobre la situación de los niños trabajadores en Africa que se celebró a comienzos de este mes en Kampala, capital de Uganda. La reunión fue convocada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Según la OIT, Africa tiene el mayor porcentaje de niños trabajadores, que en general son olvidados por las leyes.
"Queremos que no se excluya de la ley ni de otras normas de protección a la infancia la situación de una niña que realiza tareas domésticas entre 12 y 14 horas por día, siete días por semana", destacó a la conferencia Michel Hansenne, director de la OIT.
Aunque hay poca información disponible sobre las condiciones de vida y de trabajo de las empleadas domésticas debido a la naturaleza clandestina de su tarea, un informe de OIT reveló pruebas inquietantes de abuso físico, mental y sexual de niñas y adolescentes que trabajan en casas ajenas.
Las consecuencias de largas horas de trabajo duro y privación emocional incluyen "regresión, envejecimiento prematuro, depresión y reducción de la autoestima", sostiene el informe, titulado "Trabajo infantil en Africa: Combate a lo intolerable".
Más de 80 millones de niños menores de 15 años trabajan tiempo completo en Africa, que tiene la mayor proporción de niños trabajadores del mundo.
Aunque la educación formal debe extenderse por lo menos hasta los 15 años, 41 por ciento de los niños africanos de cinco a 14 año están involucrados en algún tipo de actividad económica, según la OIT, frente a 21 por ciento en Asia y 17 por ciento en América Latina.
El informe estima que el número de niños trabajadores en Africa podría aumentar a más de 100 millones para el año 2015 como resultado de la pobreza y el crecimiento económico inadecuado en la mayor parte del continente.
"Esto será una tragedia para Africa en su conjunto, que necesitará en el futuro ciudadanos preparados, productivos y saludables", advirtió Hansenne, quien desestimó la vinculación del trabajo infantil con la cultura africana.
"Me parece que cuando el trabajo de los niños adopta modalidades extremas, ya no es una expresión de cultura, sino una explotación", declaró.
Así mismo, la OIT advirtió que "la colocación de la tradición por encima del riesgo potencial del trabajo infantil puede conducir a la ignorancia total del problema".
Sin embargo, la OUA exhortó a la comunidad internacional a reconocer el concepto africano del trabajo infantil, que permite que los niños ayuden a sus familias con tareas domésticas simples como parte de su proceso de crecimiento.
"Hay ciertas peculiaridades africanas sobre el asunto. Por ejemplo, no se considera un abuso que un niño ayude en su casa cuando regresa de la escuela", dijo Haggag a IPS.
La OUA está preparando una posición común de los países africanos para la próxima conferencia de la OIT, que se celebrará en Ginebra en junio. La OIT impulsa una convención para restringir todas las formas extremas de trabajo infantil.
Antes de viajar a Ginebra, delegaciones africanas se reunirán en Sudáfrica en abril para formar una postura común.
"Esperamos que el encuentro beneficie los intereses de Africa en la cuestión del trabajo infantil", expresó Paul Etiang, ministro de Trabajo de Uganda. (FIN/IPS/tra-en/ja/mn/kb/mk/ml/lb-pr/98