TURQUIA: Separatistas afirman que gobierno alienta exilio kurdo

El secesionista Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) afirmó que el gobierno de Turquía alienta la emigración ilegal de kurdos en represalia por el rechazo a su solicitud de ingreso a la Unión Europea (UE).

Al mismo tiempo, un "traficantes de humanos", delincuentes que facilitan la huida a Europa de kurdos y personas procedentes del sur de Asia y el norte de Africa, aseguró a IPS que policías turcos cobran sobornos para no reprimir sus actividades.

El éxodo de los kurdos a Italia continúa, así como la controversia al respecto en Turquía y Europa. La presión europea motivó ataques de la policía contra los traficantes de humanos en las últimas semanas, que obligaron a los kurdos a buscar otras rutas hacia el exterior.

El último foco de kurdos que huyen a Italia proceden, al parecer, del puerto de Mersin, en el sur de Turquía.

El ministro del Interior de Turquía, Murat Basegioglu, admitió que "algunos policías cierran sus ojos ante los traficantes de gente", pero aseguró que muchos de los refugiados que llegaron a Italia "no eran kurdos turcos sino kurdos iraquíes y personas de Asia meridional".

El PKK está usando el problema de la migración para dañar la imagen de Ankara en el extranjero, afirmó.

En cambio, el líder del PKK, Abdullah Ocalan, dijo que el gobierno turco no solo admite la huida de refugiados sino que lo alienta, con la intención de "despoblar" de kurdos el sudeste del país y, luego, todo el territorio.

"Esto es parte de un plan maestro de 'deskurdificación' de Kurdistán, incluso del norte de Iraq, implementado y orquestado por el gobierno de Turquía y por la mafia", dijo Ocalan al canal satelital kurdo Med-TV.

"En los últimos 15 años, casi la mitad de la población kurda del sudeste de Turqía fue obligada a huir de la región, algo planeado con deliberación", sostuvo.

Ocalan agregó que Ankara, enfurecida por el rechazo de la UE a admitirla como miembro, promueve un flujo masivo de kurdos a los países del bloque para obligarlos a reconsiderar la solicitud.

"Para nosotros, abandonar nuestro país es peor que caer en la cárcel. No tenemos nada que ver con estas huidas", dijo el líder kurdo.

Kemal Burkay, líder del Partido Socialista de Kurdistán, dijo a IPS que coincidía con la visión de Ocalan. "El empeoramiento de las relaciones con Europa es la fuerza motora de los últimos acontecimientos", afirmó.

Unas 30.000 personas murieron en los combates en el sudeste de Turquía, donde las guerrillas de PKK luchan contra las fuerzas al mando de Ankara desde 1984.

Unos tres millones se vieron obligados a huir, muchos de ellos procedentes de 3.000 poblados destruidos por militares turcos que intentaban así restar apoyo civil a los insurgentes.

El hundimiento en diciembre de una pequeña embarcación con 838 refugiados, la mayoría kurdos, en la costa de Calabria, Italia, dejó en evidencia la magnitud de la crisis ante el público europeo. Luego, se descubrió otro barco con 386 pasajeros.

Los traficantes de humanos han estado activos al menos desde que estalló el conflicto en Turquía. Muchos están orgullosos de ser lo que son.

"¿Qué espera que hagamos? ¿Que trafiquemos droga? Lo que hacemos es humanitario, una especie de servicio público", manifestó un traficante de Estambul que se hace llamar Osman.

No se trata, por supuesto, de una actividad altruista. Los traficantes cobran hasta 3.000 dólares por refugiado antes de partir. Los que tramitaron el destino de los hundidos en Calabria ganaron, por lo tanto, unos 2,5 millones de dólares.

Osman replica que sus costos son elevados. "Se da a todos una alfombra y pan. A eso se suman los costos de combustible y los sobornos a policías. Es mucho. Y hacemos un gran descuento a los pobres. Por lo general, los que tienen ahorros pueden intentar la huida, pero los pobres no tienen escapatoria", dijo

El camino a Europa comienza en el distrito Eminonu de estambul, un barrio conocido como "vecindario kurdo" hace décadas, donde residen los miles de trabajadores que llenan los buques cargueros.

Los aspirantes a una nueva vida en Europa, entre ellos muchos procedentes de Bangladesh, Pakistán, el norte de Iraq, esperan de a diez en habitaciones pequeñas donde duermen, comen y se lavan.

La confianza es clave para cerrar el trato. Los organizadores del viaje visitan las habitaciones de noche y recogen los nombres. Se pagan por adelantado entre 1.500 y 5.000 dólares. Entonces, se aprontan para viajar y esperan el llamado.

Osman afirma que los "transportes masivos" como el que se hundió frente a Calabria son una novedad. Pero estas redes han operado sin mayor control durante diez años. La mayoría de los que pagan llegan a Europa.

Los incidentes de diciembre generaron una ola de indignación en el público europeo que, a su vez, llevó a los gobiernos a presionar a la policía en Estambul a reprimir el tráfico de personas, lo que obligó a un cambio de rutas.

"La policía está, con seguridad, informada de cada detalle de este tráfico. De otro modo, ¿cómo podríamos obtener todos estos pasaportes auténticos, visas…?", se ufanó Osman.

"La emigración de kurdos no cuesta nada a Turquía pero perjudica mucho a Europa. La UE rechazó a Turquía. Ahora, la emigración kurda es su problema, no el nuestro", dijo un anónimo funcionario de la inteligencia turca al periodista Kadri Gursel, del semanario Arti Haber.

"Fuimos obligados a abandonar nuestro hogar en Mardin. No podemos mantenernos aquí, en Estambul. Sin servicios sociales ni ingresos, y obligados a vivir en un lugar de extraños, no podemos sobrevivir. Yo huiría si tuviera posibilidades", dijo Zubeyir Degirmenci, de la no gubernamental Asociación de Emigrantes. (FIN/IPS/tra-en/nm/rj/mj/hd ip pr/98

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