Rusia obtendrá grandes beneficios de un contrato firmado con China por 3.000 millones de dólares para construir la central nuclear de Lianyungang, en la provincia china de Dziansu, según el viceprimer ministro Boris Nemtsov.
Más de 100 empresas rusas suministrarán materiales para construir la planta, lo que generará unos 60.000 empleos en Rusia, afirmó.
Nemtsov, quien acaba de volver de Beijing donde firmó el contrato de Lianyungang, declaró el martes que el negocio multimillonario es el mayor acordado entre los dos países.
La construcción comenzará el próximo año. La primera unidad de generación de energía de la planta entrará en funciones en el 2005 y la segunda en el 2007.
Nemtsov afirmó que existen planes para agregar dos unidades, y hasta cuatro, más adelante. "Si los seis reactores comienzan a funcionar, convertirán a la central nuclear de Lianyungang en una de las más grandes del mundo".
El acuerdo es "el contrato del siglo", sostuvo el ministro ruso de Energía Atómica, Viktor Mijailov.
Los negociadores rusos ganaron una "batalla sin precedentes" al conseguir el contrato frente a competidores que no dudaron en recordar a Beijing el desastre nuclear de Chernobyl, ocurrido en 1986 en Ucrania, cuando ésta integraba la Unión Soviética.
Pero los reactores a utilizarse en China no son del tipo RBMK como los que existían en Chernobyl, explicó Nemtsov. Las nuevas unidades de agua presurizada, llamadas VVER, fueron diseñadas recientemente y cuentan con una capacidad de generación de 1.000 megavatios.
La calidad de los reactores "es tan buena como los de los países occidentales y son muy confiables", insistió.
"Para nuestro país el contrato es de suma importancia porque nuestras instalaciones de producción de alta tecnología están yéndose a pique y ahora tendrán algo que hacer. El presupuesto federal financiará el proyecto en su totalidad, en gran parte mediante créditos", aclaró Nemtsov.
En Beijing, Nemtsov discutió otros proyectos con el primer ministro chino Li Peng.
Ambos acordaron convocar a una reunión en Moscú de la comisión intergubernamental conjunta para analizar otras propuestas de energía, sobre todo en relación a la explotación del yacimiento de gas de Kovykta, en la zona de Irkutsk, que suministraría la electricidad excedente a China.
También hay planes para desarrollar el comercio fronterizo con las zonas chinas de Amur y Chita y de inaugurar a principios del próximo año el punto aduanero más grande de la frontera entre los dos países en Zabaikalsk.
"Fue un proceso gradual pero de la cooperación política ahora estamos evolucionando hacia una dinámica colaboración económica con China", indicó Nemtsov.
El acuerdo es sólo un aspecto de las florecientes relaciones entre Moscú y Beijing, que recibieron un gran impulso a mediados de noviembre con la visita a China del presidente ruso Boris Yeltsin.
La intención de Yeltsin fue no sólo reforzar los vínculos económicos y técnicos, sino apuntar la relación a una nueva dirección. La amplia variedad de acuerdos y protocolos firmados refleja el éxito de su misión, opinaron observadores políticos.
Por ejemplo, la resolución de viejos problemas relacionados con la frontera habilitó el crecimiento del comercio, mientras otros documentos firmados durante la visita allanaron el camino a una mayor cooperación industrial, científica y técnica, sobre todo en el terreno de la energía.
Estas iniciativas fueron complementadas por acuerdos específicos sobre proyectos individuales y uno de banca y finanzas.
El principal logro político fue la firma de una declaración conjunta sobre la demarcación de la extensión oriental de la frontera, respaldada por un acuerdo sobre el desarrollo económico de ciertas islas en los ríos aledaños.
Otros acuerdos se refieren a la cooperación entre provincias vecinas de ambos países. Una delegación de la provincia china de Heilongjiang visitó el territorio ruso de Jabarovsk para discutir el desarrollo de las relaciones comerciales, económicas, científicas, técnicas y culturales.
El propósito declarado de Yeltsin fue "devolverle la vida" al comercio con China con el fin de elevarlo a 20.000 millones de dólares a largo plazo. Luego de haberse incrementado lentamente durante varios años, el intercambio disminuyó en 1996 a menos de 7.000 millones.
El comercio descendió 20 por ciento más en los primeros ocho meses del año pasado. Aumentos anteriores fueron el resultado del rápido crecimiento de las exportaciones rusas a China, mientras las importaciones permanecieron estables o decayeron.
En 1996, las exportaciones rusas ascendieron a la marca sin precedentes de 5.200 millones de dólares, lo que brindó al país una balanza positiva de 3.500 millones. Rusia es uno de los principales proveedores de fertilizantes, metales ferrosos y otros productos básicos del mercado chino.
Una de las principales razones por el descenso del comercio es la mala calidad de los productos chinos pero, después del viaje de Yeltsin, se retomaron las gestiones para construir un centro comercial y supermercado chino en Moscú, un proyecto paralizado desde hace cinco años.
El embajador chino Li Fenglin sostuvo que productos de "auténtica calidad china" aparecerán en las tiendas de Moscú una vez que se inaugure el centro.
Moscú hace tiempo que no está conforme con el tenor de su relación con China, la que considera a Rusia principalmente como proveedora de materias primas armas y equipos bélicos. (FIN/IPS/tra-en/ai/mk/aq-ml/if-en/98