Los desechos radiactivos de Rusia presentan todo tipo de peligros, como lo descubrió Grigory Pasko, un ex capitán de marina convertido en periodista.
Pasko, detenido en noviembre por el Servicio Federal de Seguridad (FSB) a su regreso de un viaje a Tokio bajo sospecha de espionaje para Japón, es columnista y director del periódico Boyevaya Vakhta, de la Flota del Pacífico. El martes se decidió que permanezca detenido dos meses más.
Pasko es el hombre que dañó la reputación internacional de Rusia al filmar cómo un buque vertía parte de las 800 toneladas de desechos de submarinos nucleares desmantelados que la marina rusa arrojó al mar de Japón en octubre de 1993.
Su primicia internacional, publicada mediante el canal japonés NHK TV, causó airadas protestas en Japón y sumergió a Rusia en una crisis diplomática. Posteriormente, Tokio fue obligado a proveer ayuda para una planta de procesamiento de desechos en Rusia.
El FSB, que sustituyó a la KGB de la era soviética, nunca olvidó el episodio.
El pasado noviembre, funcionarios de inteligencia detuvieron a Pasko en Vladivostok al regreso de un viaje, arguyendo que los funcionarios de aduana descubrieron en su equipaje "documentos confidenciales" sobre instalaciones navales rusas cuando partía hacia Japón.
La detención y las quejas que le siguieron coincidieron con un momento especialmente bueno de las relaciones entre Rusia y Japón.
El mismo mes de la detención, el presidente ruso Boris Yeltsin y el primer ministro japonés Ryutaro Hashimoto se reunieron en Krasnoyarsk para celebrar un acuerdo de paz para el año 2000 (ambos países nunca firmaron la paz luego de la segunda guerra mundial) y mejorar la cooperación económica y militar.
El general Viktor Kondratov, director del FSB en el extremo oriental de Rusia, negó que la detención de Pasko tenga algo que ver con sus investigaciones ambientales.
"La detención tiene que ver con secretos de Estado", declaró Kondratov a la prensa en Moscú.
Los abogados de Pasko protestaron contra su privación de libertad y afirmaron que las acusaciones presentadas constituyen una forma de venganza de la marina por los esfuerzos de Pasko para denunciar el daño ambiental causado por la Flota del Pacífico.
El objetivo de la detención consistiría en silenciar a los críticos de las acciones de la Flota perjudiciales para el ambiente, sugirieron los abogados.
Para algunos activistas occidentales, la detención de Pasko significa una amenaza más grande. "Esto podría transformarse en un nuevo caso Nikitin", dijo Diederik Lohman, representante en Moscú de la organización no gubernamental (ONG) Human Rights Watch.
El ex capitán de marina Alexander Nikitin colaboró en un informe de una ONG noruega sobre la amenaza ambiental que representa el almacenamiento inseguro de desechos radiactivos por la Flota del Norte, establecida en puertos del mar de Barents.
Cuando el informe fue publicado por la ONG, llamada Fundación Bellona, el FSB detuvo a Nikitin y lo acusó de traición por revelar secretos de Estado. (FIN/IPS/tra-en/sb/ml/en-hd/98