A medida que aumentan las posibilidades de un ataque militar de Estados Unidos contra Iraq debido a la obstrucción del gobierno iraquí a la labor de los inspectores de armas de la ONU, el jefe del equipo de inspección se transforma en el centro de atención de muchos países.
El australiano Richard Butler, presidente de la Comisión Especial de las Naciones Unidas (UNSCOM) encargada de verificar la destrucción de las armas no convencionales de Iraq, ha tenido que explicar algunos comentarios muy terminantes que hizo sobre la situación iraquí.
Las últimas afirmaciones polémicas de Butler se produjeron esta semana en una entrevista con el periódico The New York Times, en la que declaró que Iraq posee suficientes armas biológicas "para destruir Tel Aviv".
"No es apropiado" que un funcionario de la UNSCOM revele información que previamente no haya sido presentada al Consejo de Seguridad, que supervisa el trabajo de los inspectores, señaló el viernes Qin Huasun, embajador de China ante la ONU (Organización de las Naciones Unidas).
"UNSCOM siempre debe trabajar bajo la guía del Consejo de Seguridad", sentenció Qin.
El embajador de Rusia, Sergei Lavrov, agregó que el Consejo deberá preguntar a Butler si en realidad posee pruebas de que "Iraq tiene la capacidad de destruir Tel Aviv".
Mientras, el canciller iraquí Mohammed Said al-Sahaf advirtió que los comentarios del presidente de UNSCOM son indignos de un funcionario civil internacional, en carta dirigida esta semana al secretario general de la ONU, Kofi Annan.
Butler adoptó "la postura agresiva" de Estados Unidos, afirmó Al-Sahaf.
Para muchos funcionarios de la ONU, la disputa sobre los comentarios de Butler no es más que un motivo de distracción en un momento en que Bagdad impide a UNSCOM visitar ocho complejos presidenciales y amenaza con poner fin a las inspecciones en un plazo de seis meses.
"Butler simplemente hace su trabajo, pero debe enfrentarse a una enorme y compleja máquina de propaganda", declaró un funcionario de la ONU que solicitó reserva.
Butler, ex embajador de Australia ante el foro mundial, rechazó reiteradamente los intentos de Iraq de personalizar el enfrentamiento.
"No he tomado nada de lo que se ha dicho en forma personal, y espero poder continuar trabajando a nivel profesional", dijo Butler luego de que el viceprimer ministro de Iraq, Tariz Aziz, lo acusó de tergiversar la capacidad militar de Iraq.
Pese a las palabras de Butler, Iraq logró llamar la atención internacional hacia los miembros de UNSCOM mediante la reiterada obstrucción a los estadounidenses del equipo.
Un ejemplo es el del ex marino estadounidense Scott Ritter, quien abandonó Bagdad este mes tras una larga campaña en que Iraq lo acusó de ser un espía, a lo que Butler calificó de "tontería".
De manera similar, Butler consideró "absolutamente falsa y de mal gusto" la acusación de Iraq de que "los funcionarios de la UNSCOM prolongan las inspecciones para poder mantener su empleo y sus ingresos".
Mientras crece la probabilidad de un ataque militar de Estados Unidos contra Iraq y diplomáticos estadounidenses presionan a sus aliados europeos y árabes para que apoyen una eventual acción de fuerza, la concentración de la atención en Butler otorga a los defensores de Iraq en el Consejo un argumento para exigir que la ONU "baje la temperatura".
"Exhortamos a las partes involucradas a contenerse y a resolver sus dificultades por medios pacíficos. China es contraria al uso y a la amenaza de uso de la fuerza", declaró Qin.
Mientras, Lavrov arguyó que "el uso de la fuerza no sólo sería inaceptable, sino contraproducente", ya que retrasaría la cooperación de Iraq con los inspectores de armas y por tanto la finalización de la misión de UNSCOM de certificar la destrucción de las armas nucleares, químicas y biológicas de Iraq. (FIN/IPS/tra-en/fah/ml/ip/98