El fantasma de la abstención se cierne sobre las elecciones regionales del Atlántico nicaragüense del 1 de marzo, debido al desencanto de los indígenas con los gobiernos autónomos.
"Hay una gran apatía, y se debe a que los costeños sienten que no hay relación entre salir a votar y una mejoría en su nivel de vida", afirmó Roberto Courtney, director ejecutivo del grupo de observación nacional Etica y Transparencia.
La mayoría de los pobladores de la costa atlántica se sienten engañados por los gobernantes y por los partidos políticos, que sólo los buscan a la hora de votar", agregó.
Esta apatía es mayoritaria entre los mestizos, un fenómeno que considera preocupante, ya que es el grupo más numeroso en esa región.
"Hay que afianzar la fe en la democracia y ésa es una labor que debemos hacer todos: Poder Electoral, partidos políticos, observadores, y la sociedad civil", subrayó Courtney.
Pero esa labor no será fácil, de acuerdo a una encuesta regional realizada en diciembre por el Instituto de Estudios Nicaragüenses con los auspicios de la Agencia Sueca para el Desarrollo Internacional.
Cuarenta y seis por ciento de los encuestados (814 pobladores mayores de 16 años) consideraron que los gobiernos regionales "no le sirven en nada" tal como están, e indicaron que servirían si fomentaran el empleo, cumplieran con lo acordado y prometido, y velaran por los intereses de los costeños.
Asimismo, la gran mayoría de los pobladores (81,5 por ciento) afirman que los gobiernos autónomos son corruptos, y 46,2 por ciento de los encuestados creen que nada se hace para enfrentarla y eliminarla.
Por otro lado, 61,6 por ciento opinan que se ha ampliado la brecha entre ricos y pobres en la costa atlántica nicaragüense y 58,3 por ciento identificaron el desempleo como el problema prioritario, seguido de la falta de servicios básicos como agua y luz.
El analfabetismo en la costa es de 18 por ciento, siete puntos más que en el Pacífico, 49,7 por ciento no tienen empleo permanente y 92,5 por ciento de los hogares viven en la pobreza. Cinco de cada diez costeños no tienen acceso a servicios básicos como agua, luz, alcantarillado o teléfono.
"En el desencanto hay varios factores que concurren, uno de ellos es el abandono tradicional en el que ha estado sumergida la costa atlántica a lo largo de nuestra historia", comentó el filósofo Alejandro Serrano Caldera, directivo de Etica y Transparencia.
"La desintegración tradicional entre el Atlántico y el Pacífico es un fenómeno cultural", añadió.
Desde que Nicaragua fue descubierta por los españoles en 1502, la costa atlántica (llamada Mosquitia) permaneció 392 años separada del Pacífico, hasta que fue reincorporada el 20 de noviembre de 1894 por el presidente José Santos Zelaya.
Pero en la práctica, la división cultural, étnica, y económica ha persistido hasta ahora, y algunos grupos reclaman la restauración del Reino de la Mosquitia.
El director ejecutivo del Instituto de Estudios Nicaragüenses, Rodolfo Delgado, confía en que los costeños ejercerán su voto el 1 de marzo, fecha en que se abrirán casi 900 juntas de votación en el Atlántico.
"La mayoría de la población votante tiene una alta disposición a ejercer su voto", comentó Delgado, y destacó que 81 por ciento de los encuestados en el norte y 74,3 por ciento en el sur manifestaron intención de concurrir a las urnas.
Los directivos de Etica y Transparencia dijeron que sería alentador equivocarse sobre la apatía y el desencanto, y que los costeños voten en su gran mayoría.
Las cifras oficiales indican que en las elecciones generales de 1984 y 1996 la abstención pasó de 35,8 a 30,9 por ciento en el atlántico norte, y en el sur, de 40,3 a 47,5 por ciento. (FIN/IPS/rf/ag/ip-pr/98