Más de dos millones de dólares utilizarám las autoridades municipales de la capital italiana en ayuda de unas 5.000 personas, la mayoría inmigrantes, que viven a la intemperie.
La municipalidad explicó este miércoles que la suma será utilizada hasta el 2000 para asistir a los llamados "sensatetto" (sin techo) o "barboni" (barbudos), entre los que se cuentan muchas personas procedentes del mundo en desarrollo y de Europa oriental.
Los sin techo de Roma "son personas, no un fenómeno social", declaró Giusi Gabriele, asesora en políticas de salud de la municipalidad. Las soluciones se deben decidir caso por caso, y su objetivo ha de ser restituir a los "barboni" a la vida civil, agregó.
El proyecto contempla la creación de un "observatorio de la marginación", que recogerá datos sobre este "pueblo invisible", dijo Gabriele. Los sin techo deben tener también libre acceso a los servicios públicos, sobre todo en materia de salud, afirmó.
En Estados Unidos, los "barboni" obtienen cama sólo por una noche, y en Tokio viven como "desechos humanos, en una especie de gueto", pero "nosotros intentaremos lograr su reinserción social", puntualizó la experta.
El principal obstáculo para asegurar la digndidad personal de los "barboni" reside en la desconfianza que éstos manifiestan ante las insituciones y la sociedad, explicó.
Gabriele anunció que la municipalidad habilitará edificios como dormitorios y centros diurnos, en los que los sin techo puedan lavarse, descansar, leer o ver televisión.
Los centros serán administrados por cooperativas y para el acceso será necesario un carnet, cuya entrega será gratuita en el primer año y luego exigirá un pago simbólico.
También se intentará buscar empleo a los "barboni", como asistentes de ancianos, como guías de turistas o en otras actividades.
El proyecto fue lanzado en vísperas del jubileo cristiano del 2000, cuando millones de personas llegarán a Roma, y cuando el invierno aumenta las dificultades de esas personas.
Los "barboni" de Roma se cubren en la noche con cartones y plásticos, o buscan calor durmiendo junto a perros. Setenta y cinco por ciento del total son hobres, con una edad media de 45 años.
Así mismo, seis por ciento tienen título profesional, y entre 30 y 40 por ciento concluyeron sus estudios secundarios, de acuerdo con la misma fuente. Sólo 500 de los 5.000 "barboni" lo son por decisión personal, y 27 por ciento de ellos son alcohólicos y 16 por ciento, drogadictos.
La mayoría han terminado en la calle por razones económicas o por enfermedad física o psíquica. (FIN/IPS/jp/ff/pr/98
