Rusia busca formas de lograr una salida para Iraq, que pretende el fin de las sanciones económicas impuestas por la ONU mientras enfrenta la amenaza del poderío militar de Estados Unidos.
Moscú teme que Washington recurra al bombardeo en pocos días si Iraq no retira su negativa a cooperar con los inspectores de armamento de la Organizaicón de las Naciones Unidas (ONU). Iraq sostiene que no ve la ventaja de cooperar si las sanciones no son levantadas.
Este viernes, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Yevgeny Primakov, se reunió en Madrid con la secretaria de Estado de Estados Unidos, Madeleine Albright. Ambos hablaron el jueves con el canciller francés, Hubert Vedrine, mientras Primakov recibió un informe de un enviado ruso a su regreso de Bagdad.
Aunque tras reunirse con Vedrine dijo que dudaba sobre la posibilidad de evitar un ataque militar de Estados Unidos contra Iraq, ahora Primakov espera lograr una solución pacífica que haga reconocer a Estados Unidos el cumplimiento parcial de Iraq a cambio de readmitir a los inspectores de la ONU.
Con este fin, Moscú busca que la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) de la ONU confirme oficialmente que Iraq ha sido desarmado de al menos uno de sus tres sistemas de armas – nucleares, químicas y biológicas- ahora investigados por la Comisión Especial de la ONU (UNSCOM).
Los inspectores de AIEA podrían cerrar la investigación sobre las armas nucleares iraquíes y poner fin a las inspecciones en Iraq en pocos meses, si se acepta una propuesta rusa para enmendar la Resolución 687 del Consejo de Seguridad de la ONU.
La resolución establece el mandato para la eliminación de armas iraquíes de destrucción masiva.
Aunque esto en si mismo no llevaría al retiro de las sanciones de Iraq, podría tener un efecto psicológico positivo, dijo Yuri Fedotov, representante de Rusia ante la ONU. "Podría ser una luz al final del túnel, una luz débil, pero luminosa".
Moscú propone que las cuestiones pendientes relacionadas al programa de armas nucleares de Iraq quede en manos de una supervisión de largo plazo de la ONU en lugar de inspecciones aisladas.
Este tipo de acuerdo podría encontrar el punto en común entre la insistencia de la ONU en que las industrias de armamento de Iraq sean inspeccionadas y el deseo de Iraq de ver algún cambio en el sistema de supervisión.
También podría aprobar un marco para nuevos avances sobre cambios en los sistemas de la ONU para supervisar la capacidad de las armas químicas y biológicas iraquíes.
Pero aunque Rusia está interesada en archivar el caso nuclear iraquí, la AIEA aún tiene algunas preguntas sin responder sobre su programa de armas.
Un reciente informe de la AIEA afirma que la agencia no tuvo información contradiciendo la declaración de Iraq según la cual nunca llevó sus opciones de diseño de armas nucleares más allá de algunos conceptos preliminares destacados en un documento de julio de 1990.
La AIEA concentra sus recursos en implementar y fortalecer su plan de vigilancia, pero continuará ejerciendo su derecho a investigar cualquier aspecto del programa nuclear clandestino, en particular a través del seguimiento de la nueva información que ya adquirió, dijo Gary Dillon.
Dillon es presidente de un equipo de la agencia que visitó Iraq a mediados de diciembre.
La AIEA debe andar con cuidado, advirtió una fuente cercana a UNSCOM. En 1995, Maurizio Zifferero, ex jefe de un equipo de inspección, también estaba listo para poner fin a las inspecciones.
Pero en ese momento la deserción de Kamal Hussein, yerno del presidente iraquí Saddam Hussein, brindó nueva información que demostró que Iraq había ocultado a la Agencia con éxito muchas de sus actividades nucleares.
La nueva información reveló que Iraq había adquirido el diseño de una poderosa centrífuga Urenco para enriquecer uranio, y también el de dos máquinas Urenco anteriores.
Kamal Hussein confirmó también que Iraq había creado una fábrica de hexafluoruro de uranio en Rashidiya. Este dato había sido informado previamente por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, pero había sido desmentido por la AIEA.
Las áreas en las que la información de la AIEA es aún escasa se relacionan con el grado de ayuda extranjera al programa de centrifugación de gas y con el proceso de fabricación de isótopos de uranio para bombas.
Tampoco existen datos completos acerca de la compleja red creada por Iraq para poder suministrar sus programas nucleares.
Además, los inspectores no encontraron todo el uranio enriquecido que Iraq produjo mediante su programa de separación electromagnética de isótopos, ni se tradujeron aún del árabe todos los documentos iraquíes obtenidos.
"Sabemos que Iraq ha estado avanzando en todas las áreas de la tecnología nuclear. Por ejemplo, no desarrolló sólo una tecnología de enriquecimiento, sino varias", dijo una fuente de la ONU.
Una vez que los inspectores salgan de Iraq, el programa podría reactivarse clandestinamente, a menos que el sistema de observación sea muy minucioso.
Más importante aún, Bagdad cuenta con los recursos humanos necesarios para volver a empezar. "Muchos de los expertos nucleares de Iraq son esencialmente prisioneros", afirmó David Albright, director del Instituto de Ciencia y Seguridad Internacional, de Washington.
Si el Consejo de Seguridad de la ONU acepta la propuesta de Rusia de modificar la resolución 687, será sólo cuestión de tiempo antes de que se interrumpan las inspecciones de la AIEA.
Por el momento, tres de los cinco miembros permanentes del Consejo (Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña) se oponen a la propuesta de enmienda, mientras Rusia y China la apoyan, revelaron fuentes diplomáticas del foro mundial.
Pero la posición de Francia podría cambiar. Su principal objeción se refiere a la redacción de la enmienda, que podría "repercutir desfavorablemente sobre sus propias actividades nucleares", dijeron las fuentes.
En principio, sin embargo, Francia no se opone a la enmienda y la aprobaría si se modificara la redacción, agregaron.
Parece probable que las inspecciones nucleares de Iraq finalicen este año, aún si el panorama de su programa atómico permanece incompleto. Quedaría entonces en manos de Rusia la tarea de probar que esa finalización es en realidad la luz al final del túnel que los iraquíes tanto anhelan. (FIN/IPS/tra- en/ai/jmp/mom/rj/lp-ml/ip/98