El compromiso de Ecuador y Perú de arribar antes del 30 de mayo a una solución final y total del diferendo limítrofe que ha generado tres guerras entre ambos países, fue recibido en Lima con "prudente optimismo" y como indicio de la presión de los cuatro países garantes.
"Estamos en la recta final. En el acuerdo que debe alcanzarse antes del 30 de mayo, si fuera posible para la cumbre hemnisférica de abril en Santiago, no habrá vencedores ni vencidos", dijo Fernando de Trazegnies, presidente de la delegación peruana a la reunión concluida este lunes en Río de Janeiro.
Según el documento, el 17 de febrero se instalarán cuatro comisiones que deben resolver las discrepancias limítrofes y establecer las condiciones para una futura relación amistosa y de cooperación entre los dos contendientes.
Las comisiones se reunirán simultáneamente en las capitales de Argentina, Brasil, Chile y Estados Unidos (países garantes del protocolo de paz de 1942 y del acuerdo de cese del fuego de 1995).
El tema más importante, que dio origen al diferendo y los estallidos bélicos, la determinación de la línea de frontera terrestre común, se discutirá en Brasilia.
"Ecuador podría echarse atrás, pero, por la adopción de una fecha límite, el 30 de mayo, creo que decidió resolver definitivamente el diferendo", comentó el analista peruano Flavio Solorzano.
"Debe destacarse que si se arriba a un acuerdo, el próximo gobierno ecuatoriano tendría que acatarlo", añadió.
El embajador Jorge Morelli expresó su percepción de que "los países garantes, especialmente Estados Unidos, han abandonado su pasiva actitud anterior y están consiguiendo que Ecuador y Perú se encaminen hacia un fructífero acuerdo de solución pacífica".
Opinó también en favor de la decisión adoptada en Rio para que las cuatro comisiones sesionen separadamente y al mismo tiempo en las capitales de los cuatro países garantes, "no sólo porque ello reduce el riesgo de presiones políticas sino porque compromete a los garantes".
En Buenos Aires se definirá el Tratado de Comercio y Navegación, que debe establecer el derecho ecuatoriano de libre navegación en el río Amázonas, en tanto que en Washington el tema se referirá a los acuerdos de integración fronteriza.
En Chile, país que según la óptica de un sector castrense peruano es el más firme aliado de las demandas ecuatorianas, se estudiará la adopción de medidas de confianza y seguridad mutua para reducir el riesgo de nuevos conflictos.
El Tratado de 1942 fijó la linea fronteriza entre ambos países, pero algunos años después Quito lo desconoció señalando que algunos errores en su nomenclatura geográfica lo hacían inaplicable y demandó la discusión de un nuevo convenio.
La interrupción de la colocación conjunta de los hitos fronterizos dejó una "herida abierta" de 68 kilómetros en una frontera de más de 1.500 kilómetros y creó el espacio en el que los soldados de los dos países se trabaron en guerra en 1981 y 1995. Junto con la revisión del tratado fronterizo, Ecuador reinvidica una salida territorial hasta el Amazonas, que Perú no acepta pero le ofrece a cambio reconocerle el derecho a la libre navegación por el gran río.
En general, todos los analistas peruanos consideran que el acuerdo que se alcance en la comisión que sesionará en Brasilia será determinante.
El embajador Alfonso Arias Schreiber, ex presidente de la comisión técnico-jurídica que negoció el alto del fuego en 1995, destacó la importancia de que "se haya establecido que ni los acuerdos parciales ni los globales tendrán validez mientras no se hayan instalado los hitos demarcatorios".
"Sólo la colocacion de los hitos fijará definitivamente la frontera y evitará que se repita lo que ocurrió hace 40 años", concluyó. (FIN/IPS/al/dg/ip/98
