El asalto y la violación de cinco estudiantes estadounidenses en Guatemala generó preocupación en esta nación centroamericana por las repercusiones que pudiera tener sobre el turismo.
Por otra parte, grupos opositores piensan que el hecho no es ajeno a un plan de desestabilización política y social impulsado por sectores de derecha.
El presidente del Congreso, Rafael Barrios Flores, reconoció que el ataque dará una mala imagen de Guatemala en el exterior y afectará al turismo.
El ministro de Gobernación (Interior), Rodolfo Mendoza, aseguró este lunes que cuatro personas habían sido detenidas por su presunta vinculación con el hecho, ocurrido el viernes pasado pero conocido sólo después que lo divulgaran medios estadounidenses, dos días despúes.
Dos de los detenidos, Pablo Xotoi Calel y Pedro Xotoi Ramírez, son ex militares, informaron las autoridades. En el allanamiento a la vivienda se encontraron uniformes, cartuchos y una cámara fotográfica.
Mendoza tuvo que aceptar que esta vez falló el plan de seguridad puesto en marcha el año pasado para proteger turistas. Según el ministro, cada vez que ingresa un grupo de turistas su operador se comunica con el ministerio para que se les brinde seguridad.
Pero las estudiantes atacadas no llegaron al país como turistas sino como parte de un grupo de investigadores. Formaban parte de una delegación de 15 jóvenes de entre 18 y 20 años de la Universidad de Saint Mary's, situada en el estado de Maryland.
Especializada en estudios de Antropología y Sociología, la Universidad eligió hace más de tres años a Guatemala como uno de los países para realizar trabajo de campo.
Este fue el tercer viaje de una delegación de ese centro de estudios a Guatemala con el objeto de estudiar sobre el terreno peculiaridades del país.
Víctor López Arias, chofer de la empresa que conducía el que transportaba al grupo de estudiantes, narró a la prensa que cuando transitaban por la carretera al Pacífico, en el kilómetro 102, "se atravesó un pick up beige y sus tripulantes empezaron a disparar al aire y luego otro vehículo se sumó al ataque".
Agregó que cinco hombres armados con pistolas y uno con metralleta, todos con el rostro descubierto, subieron al microbús y empezaron a bajar a todos los tripulantes, a quienes despojaron de dinero, joya y ropas que llevaban en sus valijas.
Luego escogieron a cinco mujeres y a golpes bajaron al chofer del autobús.
En el mismo vehículo, con las extranjeras a bordo, se adentraron un kilómetro dentro de los cañaverales. Allí las jóvenes fueron violadas.
La noticia, que causó gran impacto en Estados Unidos, fue transmitida este lunes repetidamente por la cadena estadounidense CNN y en la noche fue el tema principal de una edición especial en el telenoticiero de la NBC.
El presidente Bill Clinton dijo en una conferencia de prensa que "lo que ocurrió es un asunto terrible".
Señaló no obstante confiar en que "el gobierno guatemalteco actuará para capturar y castigar a los responsables".
El ministro Mendoza calificó a su vez al incidente como un caso aislado de delincuencia común y destacó que hechos similares ocurren en cualquier parte del mundo.
Sin embargo, Nineth Montenegro, activista de derechos humanos y diputada del izquierdista Frente Democrático Nueva Guatemala, dijo a IPS que estos ataques no son casuales y que obedecen a un plan de desestabilización.
"Tenemos que reconocer la incapacidad del gobierno actual para garantizar la seguridad de los ciudadanos, pero también creo que hay todo un plan estratégico diseñado para crear ingobernabilidad y propiciar un desborde social a partir de la inseguridad", opinó.
Julio Arango, procurador de Derechos Humanos, pidió al gobierno que se implemente un plan de vigilancia en las carreteras y señaló la urgencia de de garantizar la seguridad de la población en general y de los turistas en particular.
Por su parte, Arístides Crespo, del derechista Frente Republicano Guatemalteco, dijo que el gobierno estaba tan preocupado por el hecho que llegó al extremo de esconder la información.
Tras la amplia movilización de las fuerzas de seguridad para encontrar a los culpables, el gobierno se encuentra a la espera de las medidas que pudiera tomar el Departamento de Estado de Estados Unidos.
Trascendió que el canciller Eduardo Stein viajaría a Washington para tratar de atenuar el impacto causado por el ataque a las estudiantes.
La violencia de todo tipo, que incluye secuestros, asesinatos y robos de vehículos, es el punto débil del gobierno del presidente Alvaro Arzú, que había cosechado grandes elogios al haber logrado la firma de la paz con la guerrilla tras 36 años de conflicto. (FIN/IPS/cz/dg/ip/98