GUATEMALA: Bosques para los campesinos

Llegan por centenas año a año a los bosques del Petén, al norte de Guatemala, con el lograr tierras. Algunos sólo alcanzan a ser invasores de un ecosistema protegido, pero cada día aumenta el número de quienes aprenden a vivir del medio y cuidarlo.

La pobreza, la falta de opciones económicas y las invasiones son los problemas que han provocado en Petén, en la invaluable Reserva de la Biósfera Maya (RBM), una explotación inmoderada y la consecuente pérdida de especies maderables de alto valor comercial.

Recuperar esas especies, conservar el bosque y beneficiar a los campesinos con nuevas opciones de ingresos son los objetivos del modelo de manejo forestal comunitario puesto en práctica desde hace cuatro años por el gobierno con apoyo de organizaciones no gubernamentales y organismos internacionales.

En 1990, el gobierno de Guatemala autorizó la protección legal de 1,6 millones de hectáreas que conforman la RBM, formada por una combinación de grandes extensiones de bosque con fuerte cantidad de sitios arqueológicos que la hacen única en el mundo.

El Consejo Nacional de Areas Protegidas (CONAP), responsable del manejo de la RBM, tiene por misión fomentar un manejo sostenible de los recursos de la región para lograr su conservación.

El departamento de Petén cuenta con una economía tradicional fuertemente basada en productos maderables y no maderables (chicle, xate, pimienta, plantas medicinales), por lo cual las áreas boscosas no protegidas son presa fácil de la depredación y las invasiones.

La RBM, además de sus Zonas Núcleo, donde sólo se permite la investigación científica y el turismo de bajo impacto, tiene legalmente establecidas una Zona de Uso Multiple, "reserva extractiva" donde se permiten varios usos del suelo y consiste en 850.000 hectáreas.

También cuenta con una Zona de Amortiguamiento que comprende un área de casi 500.000 hectáreas.

Es en estas zonas donde se permiten actividades económicas sostenibles para evitar que la presión humana cause daños a las áreas de alto valor ecológico que están bajo protección especial.

En 1992, la Secretaría General de Planificación pronosticó que, sin intervenciones, todo el bosque tropical de Petén desaparecería para el año 2010.

Ahora, según funcionarios de CONAP, esa fecha parece poco probable, debido en parte a las intervenciones conservacionistas en la reserva.

El problema más serio para el ecosistema forestal es la falta de alternativas económicas para los residentes rurales, dijo a IPS Fernando Carrera, coordinador del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE) en Petén.

El CATIE es una institución creada por los países centroamericanos dedicada a la investigación y enseñanza.

Colabora con el CONAP para fomentar la conservación del bosque petenero a través del manejo forestal comunitario, el fortalecimiento de la industria forestal local y el aumento de los ingresos de los campesinos.

En 1994 el CONAP dio el visto bueno para la primera experiencia de manejo forestal comunitario en la Zona de Uso Multiple de la RBM.

San Miguel La Palotada fue la primera comunidad en recibir una concesión dentro del nuevo esquema y que inició actividades de manejo forestal sostenible.

Ahora, otras comunidades están siguiendo un proceso parecido, como La Pasadita, con 18.000 hectáreas, y Carmelita, con 53.000.

"Uno de los grandes problemas de la zona son las invasiones de tierras por parte de campesinos que vienen de otras regiones del país buscando áreas para cultivar", relató a IPS Juan José Romero, técnico del CONAP en Petén.

"Muchos de ellos son engañados por personas inescrupulosas que les cobran mucho dinero prometiéndoles tierras en Petén, y cuando llegan se encuentran con que son áreas protegidas o tierras con vocación forestal y no agrícola", agregó.

Romero explicó que como no se puede acudir a una política de choque, entonces se sigue la política de negociar con los invasores.

Las soluciones son conseguirles tierras en otra zona, establecer un polígono agrícola u optar por las concesiones comunitarias que parece ser la mejor solución.

"Es muy difícil convertir en forestales a personas cuya vocación es netamente agrícola", afirmó por su parte Carrera.

Sin embargo, destacó que aunque en San Miguel La Palotada todos eran agricultores, poco a poco se han ido convenciendo de que es posible vivir del bosque sin destruirlo y ahora todos quieren copiar el sistema.

En las concesiones se aprovechan tanto los recursos maderables como los no maderables.

El viceministro de Agricultura, Luis Larrazábal, explicó a IPS que las comunidades concesionarias, con ayuda de las organizaciones asesoras, están tratando de utilizar maderas de poco valor comercial en productos terminados, como pupitres para las escuelas, por ejemplo.

En Petén, la industria maderera trabaja principalmente con caoba y cedro, de alto valor comercial, por lo cual se han explotado estas especies a una tasa mucho mayor que su capacidad de regeneración natural, por lo cual sus existencias son muy bajas.

El modelo fomenta también la utilizacion de recursos forestales no maderables como el xate, una planta ornamental cuyo nombre científico es Chamadorea spp, el bayal, una fibra similar al ratán, el chicle y la pimienta, a la cual recurren para obtener ingresos financieros inmediatos.

Para los campesinos es preferible explotar esos recursos, que generan una ganancia de cinco dolares por día, en lugar de sembrar maíz, que no produce ingresos sino hasta varios meses después y con riesgo de sequías, plagas y enfermedades.

El cultivo de maíz ha sido restringido cada vez más a la producción para el consumo familiar, disminuyendo los excedentes de comercialización, explicó Reginaldo Reyes, ingeniero del CATIE.

"La protección del bosque va bien, porque ha venido bajando poco a poco la deforestación. Hace cuatro años había mucha destrucción de bosque, ahora estamos comprometidos a cuidarlo y ya no hay quema", narró Cecilio Castro, un campesino de La Pasadita.

"Ha habido un avance positivo en la mentalidad de la gente, y aunque todavía hay algunos que no creen, la mayoría se da cuenta de los beneficios que el bosque les trae y quieren conservarlo", afirmó Castro. (FIN/IPS/cz/dg/if-en/98

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