/DERECHOS HUMANOS/ARGENTINA: Astiz y un arresto paradisíaco

En una casa con piscina, campo de golf y de tenis, al borde de un lago artificial, el marino argentino Adolfo Astiz cumple desde el viernes 16 un arresto de 60 días luego de sus declaraciones reivindicando la represión ilegal y sus amenazas a políticos y periodistas.

Tras las declaraciones del capitán retirado, el gobierno dio marcha atrás con su polémico proyecto de derribar un edifico de la Armada que es símbolo de la represión ilegal y levantar allí un monumento a la unidad nacional.

El proyecto contó con la oposición de las organizaciones defensoras de los derechos humanos que nuclean básicamente a las víctimas del genocidio.

Fuentes oficiales admitieron ahora que el gobierno podría hacerse eco del reclamo de los organismos humanitarios para transformar la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) en un museo de la memoria.

La casa donde está arrestado Astiz se encuentra en una unidad de la Armada en la localidad de Azul, provincia de Buenos Aires, donde estuvo presa la ex presidenta María Estela Martínez de Perón en 1977, tras el golpe de Estado que dio inicio al régimen militar más cruento de la historia argentina (1976-83).

Astiz, responsable de secuestros, torturas y crímenes durante la dictadura, declaró al semanario Tres Puntos que la Armada lo preparó para destruir, no para construir, le enseñó a poner bombas, matar e infiltrarse, y que se considera la persona mejor preparada "para matar a un político o a un periodista".

El presidente Carlos Menem pidió inmediatamente una sanción que la Armada anunció sólo una hora después. Pero el castigo fue por las críticas a su institución y no por reivindicar la represión, de la que aseguró no estar arrepentido, ni por aludir a grupos allegados que le sugieren que encabece un levantamiento.

Las declaraciones de Astiz provocaron una ola de repudio. Los dirigentes humanitarios y los familiares de desaparecidos no se sorprendieron por las declaraciones del marino, al que consideran unánimemente un asesino, y señalaron que debería estar preso "por lo que hizo, y no por lo que dijo".

Astiz goza de libertad por las leyes de "punto final" y "obediencia debida", sancionadas hace 10 años, pero en Francia fue objeto de un juicio en ausencia por la desaparición de dos religiosas y condenado a reclusión perpetua, por lo que no puede salir de Argentina sin ser detenido por Interpol.

En Argentina, el gobierno ordenó a la Armada que lo pasara a retiro hace poco más de un año, por pedido de Francia, aunque poco antes el propio presidente había convalidado su pedido de ascenso ante el Senado.

Este viernes, mientras continuaron presentaciones judiciales de la fiscalía federal, organismos humanitarios y la oposición por apología del crimen, amenazas e intento de sedición, un grupo de parlamentarios pidió informes al gobierno sobre el lujoso lugar en el que Astiz cumplirá su arresto.

Las declaraciones de Astiz a Tres Puntos se publicaron pocos días después del polémico anuncio de Menem sobre la transformación de la ESMA, la principal cárcel ilegal durante la dictadura que quedó como símbolo de la represión en plena capital argentina.

Menem había concitado el rechazo de los organismos humanitarios al proponer la demolición del edificio en el que permanecieron secuestradas unas 4.000 personas hoy desaparecidas, y levantar allí un "monumento a la unidad nacional".

Los organismos rechazaron la demolición de un sitio que estiman deberá permanecer como símbolo del terrorismo de Estado y un grupo de dirigentes presentó un amparo ante la justicia. En respuesta, Menem firmó un decreto para mostrar que su decisión de "pacificar" mediante la voladura de la ESMA era irreversible.

Las marchas realizadas frente al edificio no tuvieron eco hasta que este viernes, tras las declaraciones de Astiz, el ministro del Interior, Carlos Corach, y la secretaria de Derechos Humanos, Inés Pérez Suárez, admitieron que el gobierno estudiará la posibilidad de construr allí un museo de la memoria.

"La pacificación se construye con consenso y poco a poco", dijo Pérez Suárez, quien reconoció además la madurez con que reaccionó la sociedad argentina repudiando las "revulsivas" declaraciones de Astiz.

Corach dijo, por su parte, que en el sitio de la ESMA podría construirse un museo o alguna otra cosa "para recordar, para que nunca más se olvide que ese lugar es símbolo de la represión en Argentina". (FIN/IPS/mv/ag/ip-hd/98

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