El mundo industrializado aún no ajusta el respeto de los derechos humanos a sus agendas de comercio y desarrollo, aunque pasaron 50 años desde que la Asamblea General de la ONU adoptó una declaración universal de derechos.
Los esfuerzos por asegurar los derechos humanos no son vistos como una "agenda positiva" en la cooperación para el desarrollo, dijeron expertos del Sur. Esto puede resultar en ambiguas políticas exteriores con objetivos y actividades que podrían ir en contra de las metas del desarrollo.
Adnan Buyung Nasution, de la Fundación Indonesia de Ayuda Legal (YLBHI) percibe esta ambigüedad en las políticas de desarrollo de los países donantes en su país. Los temas de derechos humanos van últimos en la fila, asegura.
Mientras se mantega esta política ambigua, será difícil para organizaciones de derechos humanos y programas de democratización desarrollarse bien en Indonesia, dijo Adnan a expertos políticos y legales de unos 25 países en la Mesa Redonda Norte-Sur celebrada este mes en Berlín.
Adama Dieng, secretario general de la Comisión Internacional de Juristas (ICJ) afirma que el fortalecimiento del movimiento de derechos humanos en el Sur debe ser parte de la agenda de cooperación para el desarrollo.
Dieng alegó en Berlín que existe una brecha entre la teoría y la práctica en muchos países en desarrollo. En teoría, tienen amplias protecciones en relación a los derechos humanos, mientras en la práctica, las violaciones de los derechos humanos continúan a escala masiva.
Carl-Dieter Spranger, ministro de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania, dijo a la reunión de Berlín que en 1991 Alemania hubiera reconocido la observancia de los derechos humanos como un importante prerrequisito para brindar asistencia al desarrollo.
Spranger destacó los casos de Malawi, Benín, Mozambique, El Salvador, Chile, Vietnam y Eslovenia, donde el gobierno alemán impulsó el proceso de democratización y paz.
Pero la precondición en cada caso fue la voluntad de los gobiernos y grandes sectores de la sociedad de estos países para iniciar reformas.
Un gran desafío es planteado por algunos países de Asia, que lograron un alto progreso social y económico en los últimos años, mientras su actuación en relación a las libertades civiles y políticas continúa siendo pobre, dijo el ministro.
Spranger destacó a Indonesia y China como países donde el hambre ya no es un problema masivo, pero esto no justifica la violación de los derechos humanos.
Alemania es el mayor socio comercial de China en Europa. Más de 1.500 empresas con respaldo del gobierno alemán trabajan ahora en China, una inyección de capital de más de 220.000 millones de dólares.
En 1996, el volumen comercial de ambos alcanzó 13.000 millones de dólares, y ese fue el año en que el parlamento alemán enfureció a las autoridades chinas con una moción que en junio condenó la política de Beijing en Tibet.
Bonn ha hecho de la asistencia legal un punto central de su cooperación para el desarrollo en todo el mundo. En los últimos siete años, unos 200 proyectos conjuntos del Estado y organizaciones no gubernamentales han sido promovidos en países como Chile, Panamá, Venezuela, Namibia y Sudáfrica. (FIN/IPS/tra-en/raj/rj/lp/dv/98