El atropello a los derechos de las mujeres persiste en todo el mundo pese a progresos observados en 1997, advirtió el Departamento de Estado de Estados Unidos en su nuevo informe anual, publicado hoy en Washington.
Los abusos varían desde la "opresión extrema y atrocidades" que sufren las mujeres de Argelia por parte de supuestos radicales islámicos hasta la discriminación económica que padecen las trabajadoras en la mayoría de los países industrializados, donde ganan menos que sus colegas masculinos por igual trabajo.
Por otra parte, hubo progresos significativos en 1997 en cuanto a la protección de los derechos de la mujer mediante leyes y sentencias en países tan diversos como Egipto y Bulgaria, sostiene el informe.
El Departamento de Estado atribuyó a las organizaciones no gubernamentales de mujeres el mérito de gran parte de los logros alcanzados el año pasado.
Los progresos incluyen la adopción de un nuevo código penal en República Dominicana que penaliza la violencia doméstica, la prohibición de la mutilación genital femenina por la Corte Suprema de Egipto y la creación de un organismo para combatir el tráfico de mujeres y niñas en Bulgaria.
Pese a estas medidas y otras similares, la situación mundial de la mujer permanece difícil, afirmó el Departamento de Estado.
El informe, que abarca 193 países, es utilizado por el Congreso como guía para adoptar decisiones en materia de ayuda para el desarrollo, venta de armas y preferencias comerciales.
De los 21 informes publicados hasta el momento, éste es el más voluminoso y, en la mayoría de los casos, el análisis país por país más autorizado sobre la observancia de los derechos humanos, y en especial de los derechos políticos y civiles.
La mayor parte de la información que aparece en el informe procede de organizaciones no gubernamentales y de funcionarios del gobierno estadounidense establecidos en el exterior.
Desde que Bill Clinton asumió la presidencia de Estados Unidos por primera vez, el Departamento de Estado dedica una sección especial del informe sobre cada país a la condición de la mujer.
La situación más dramática que describe el informe es la de Argelia, donde la lucha entre grupos armados islámicos y el gobierno, apoyado por los militares, provoca la muerte de unos 1.000 civiles desarmados por mes.
Gran parte de la violencia se atribuye a los radicales islámicos, aunque Estados Unidos y otras potencias industrializadas solicitan que se emprenda una investigación internacional para revelar las causas de la carnicería.
Muchas mujeres de Argelia "sufrieron en 1997 opresión extrema y atrocidades por parte de grupos radicales, entre ellas violaciones, prostitución forzada, matrimonios 'temporales' y golpizas o decapitaciones por no cubrirse la cabeza".
"Terroristas islámicos armados cometieron cientos de violaciones y la mayoría de las víctimas fueron luego asesinadas", afirma el informe.
Las mujeres de Afganistán también padecen graves abusos, sobre todo en las zonas controladas por los soldados del movimiento fundamentalista islámico Talibán.
"Las mujeres son golpeadas por violar los códigos de vestimenta cada vez más restrictivos del Talibán, que exigen que estén cubiertas de pies a cabeza. Les está absolutamente prohibido trabajar fuera de la casa y las mujeres y niñas no tienen derecho a recibir educación", añade el informe.
"Las mujeres tienen prohibido salir de su casa si no están acompañadas por un hombre de la familia. El incumplimiento de estas restricciones provocó golpizas y hasta la muerte", denunció el Departamento de Estado.
Aunque en Argelia y Afganistán se registraron algunos de los peores abusos cometidos contra las mujeres durante el año pasado, el Departamento también se alarmó por el destino de las mujeres cuyos países se encuentran "en transición" hacia gobiernos democráticos y economías de mercado.
"Cuando los países salen de la transición, las mujeres siguen llevando la carga más pesada y sus necesidades básicas permanecen insatisfechas", dice el informe, y agrega que "en tales, casos, muchas mujeres carecen de vivienda y alimentos, y no pueden mantener a sus hijos", afirma el informe.
Peor aún, en aquellos países donde la delincuencia floreció como resultado del debilitamiento del gobierno central, "el deplorable incremento del tráfico de mujeres y niñas representa una grave amenaza a la estructura social y económica de las democracias emergentes".
Este tráfico humano aumentó en gran parte de Europa oriental, la ex Unión Soviética e Indochina.
En cuanto a la discriminación, el informe señala que las mujeres de Bangladesh e India siguen siendo víctimas de los asesinatos relacionados con la dote matrimonial, mientras las mujeres de Tanzania "pueden recibir castigos si no tienen hijos".
Las mujeres sólo tienen acceso limitado a la educación en muchos países africanos y árabes, así como en algunos estados de Asia, sostiene el informe del Departamento de Estado. (FIN/IPS/tra-en/jl/mk/ml-aq/hd-pr/98