/DERECHOS HUMANOS/

El vínculo de miembros del ejército con grupos paramilitares en Colombia generó un fuerte enfrentamiento entre el jefe de las Fuerzas Armadas, general Manuel Bonett, y el defensor del pueblo, José Castro.

"Hay funcionarios parcializados" que se están "portando mal con las instituciones castrenses", declaró Bonett y aseguró que el defensor del pueblo "hace acusaciones calumniosas" a las Fuerzas Armadas.

La polémica se produjo tras la publicación de un editorial del diario estadounidense The New York Times, que el día 4 pidió al gobierno de su país que exija al ejército colombiano la captura de paramilitares de derecha, a los que se atribuye el 76 por ciento de las violaciones de los derechos humanos en el país.

Según The New York Times, los "escuadrones de la muerte" son los mayores responsables de la violencia política en Colombia y tienen "conexiones estrechas con los militares, que les encargan "el trabajo sucio" contra sectores de la población civil.

Bonett admitió que se pueden presentar casos aislados de militares que violen las normas disciplinarias, pero "son sancionados y castigados por la justicia penal militar" y no quedan en la impunidad "como se quiere hacer creer", afirmó.

El diario estadounidense reclamó a las organizaciones internacionales mayor firmeza en sus demandas para que sean arrestados los jefes paramilitares, que no pueden ser ubicados por los organismos de seguridad mientras son entrevistados con facilidad por la prensa.

Según la Fiscalía General, existen cerca de 200 órdenes de captura contra jefes de grupos paramilitares.

El editorial de The New York Times se produjo tras los anuncios de la reanudación por parte del gobierno estadounidense de la asistencia financiera a las Fuerzas Armadas colombianas, que este año recibirán 46 millones de dólares.

La aprobación de esta ayuda había sido postergada debido a denuncias de organizaciones estadounidenses defensoras de los derechos humanos sobre los vínculos de miembros de las Fuerzas Armadas con grupos paramilitares.

El defensor del pueblo de Colombia dijo que "se ha establecido que militares y paramilitares trabajan conjuntamente" y son los mayores responsables de los desplazamientos forzozos de campesinos a los que obligan a abandonar sus tierras.

Las incursiones de los grupos paramilitares se producen principalmente en zonas con problemas de orden público controladas por las Fuerzas Armadas, que nunca intervienen durante el ataque y sólo aparecen después que se han retirado los atacantes.

El embajador de Colombia en Estados Unidos, Juan Esguerra, rechazó este martes, en una carta a The New York Times que "las Fuerzas Armadas de Colombia auspician actividades paramilitares" y aseguró que el gobierno enfrenta a estos grupos, como a la guerrilla y el narcotráfico, en medio de grandes limitaciones.

La falta de recursos y la difícil situación geográfica obstaculizan la captura de los jefes de estos grupos armados irregulares, añadió.

No obstante, Esguerra justificó que el diario estadounidense llame la atención de las autoridades de su país y de los organismos internacionales sobre la magnitud de la violencia en Colombia. (FIN/IPS/yf/ag/ip-hd/98

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