El papa Juan Pablo II arribó hoy a las 20:58 gmt a Cuba en medio de gran expectativa sobre los resultados de su visita para las relaciones de la Iglesia Católica con el Estado y la futura evolución del conflicto entre La Habana y Washington.
El presidente cubano Fidel Castro, su Consejo de Estado, el cuerpo diplomático, la Conferencia Episcopal, encabezada por el cardenal Jaime Ortega, dieron la primera bienvenida al Papa a su llegada al aeropuerto José Martí, sobre cuya fachada se levantó un enorme cartel con la imagen del pontífice.
Castro abandonó su tradicional uniforme militar y por primera vez recibió a un jefe de Estado extranjero ataviado con un traje civil de color azul oscuro.
Tras un apretón de manos con Castro, el Papa besó un puñado de tierra colocada en una pequeña caja por un grupo de niños cubanos.
A ambos lados del recorrido de alrededor de 20 kilómetros que el Papa debía recorrer desde el aeropuerto hasta la nunciatura, en la barriada de Miramar, hacia el oeste de La Habana, millares de escolares y pobladores se apostaron varias horas antes para brindarle la bienvenida.
La visita de Juan Pablo II se produce un año después de su primer encuentro con Castro y luego de una serie de mensajes positivos lanzados en los últimos tiempos por la Iglesia Católica local y los máximos dirigentes de la revolución cubana.
Por primera vez en los últimos 39 años, la Iglesia Católica fue autorizada por el gobierno a emitir un mensaje a la población a través de la televisión estatal, para anunciar la visita del Papa, lo cual fue interpretado como señal positiva para las relaciones entre ambos sectores.
El cardenal Ortega, encargado del mensaje a la población el 14 de enero, afirmó que la Iglesia Católica y el gobierno de Castro pueden entenderse.
El presidente de la pontificia Comisión de Justicia y Paz, el cardenal Roger Etchegaray, indicó en una entrevista con el diario Gramma, de Cuba, que "rara vez una visita papal habrá suscitado un interes tan universal e infundido a sus diversos interlocutores una responsabilidad tan alta que compromete a todo el hombre y todos los hombres".
Castro, por su parte, afirmó tres días después que su gobierno se honra con la visita del Papa y exhortó a la población a que le ofrezca un gran recibimiento.
"Invitamos a todo el pueblo, a los cuadros (del gobernante Partido Comunista), a todos los militantes" a asistir a los actos programados por la Iglesia local entre el 21 y el 25 de este mes.
Los católicos cubanos que por más de 30 años evitaron dar rienda suelta a sus creencias por temor a ser socialmente mal vistos y considerados en una posición contraria a la revolución, consideran que la visita del Papa propiciará un mayor entendimiento entre todos los cubanos. (FIN/IPS/sh/ff/ip cr/98
