COSTA RICA: Electores ponen en segundo plano lucha anticorrupción

Unos 2,5 millones de costarricenses deberán optar este domingo entre un candidato presidencial que pone el énfasis en la lucha contra la corrupción y otro que propone como prioridad combatir la pobreza y la inflación.

José Miguel Corrales, del gobernante Partido Liberación Nacional (PLN), considera que el mayor problema del país es la corrupción, objetivo al cual subordina reformas infraestructurales, el crecimiento económico, la solución del déficit habitacional, el salario a las amas de casa.

Miguel Angel Rodríguez, del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), en cambio, privilegia la lucha contra la pobreza, el desempleo y el costo de la vida.

Hasta este jueves, Rodríguez lleva una cómoda delantera de diez puntos en las intenciones de voto, de acuerdo a las encuestas.

Corrales tuvo que librar una dura lucha contra la mayor parte de la cúpula del PLN.

Poco afecto a la disciplina de partido, se ganó el descontento de los socialdemócratas militantes cuando, entre 1986 y 1990, formó parte de una comisión legislativa contra el narcotráfico que involucró en un informe a algunos de sus correligionarios.

En las precedentes elecciones, en 1994, se había enfrentado en la convención interna del PLN al actual presidente José María Figueres, por quien ni siquiera sufragó.

El jefe de Estado saliente es acusado de haber participado, cuando tenía 17 años, en el homicidio de un traficante de drogas. En esa época su padre, José Figueres Ferrer, era presidente de Costa Rica.

Lanzado a una operación de depuraración interna, Corrales entró tarde a la lucha política y hasta ahora no logró repuntar la ventaja que le lleva en las encuestas Miguel Angel Rodríguez.

De acuerdo a estudios de opinión, en el candidato del PLN la población costarricense reconoce un hombre honesto y sencillo, que podría combatir la corrupción y la influencia del narcotráfico mejor que su contendiente.

Sin embargo, las mismas encuestas revelan que el postulante por el PUSC está mejor preparado para hacer una buena gestión económica.

A diferencia de Corrales, que tiene únicamente como experiencia política previa haber sido dos veces diputado, Rodríguez ha pasado por puestos clave dentro de la administración pública y la vida política.

Fue ministro de Planificación y de la Presidencia entre 1966 y 1970, director del Banco Central, diputado, candidato presidencial en 1994 y presidente de la Organización Demócrata Cristiana de América desde 1995.

Como empresario, Rodríguez ha sido acusado en diferentes oportunidades de hechos dolosos.

En la campaña presidencial de 1994 se sacaron a relucir casos de contrabando de ganado desde Nicaragua ocurridos en los años setenta en los que estuvo involucrado.

En la actual contienda, sus contrincantes lo han acusado de tráfico de influencias a favor de la firma mexicana Borden, a la cual le vendió una de sus empresas ganaderas.

Asimismo, se han denunciado sus vínculos con un grupo de empresarios mexicanos encabezados por el multimillonario Carlos Hank, cuyas actividades habrían sido investigadas por la Agencia Antidrogas de Estados Unidos.

Pero esa imagen no ja jugado demasiado en su contra. Los votantes parecen perdonarle sus "pecados" al considerar que se ajusta más a sus propios centros de interés, destacan diversos analistas.

En una reunión con la prensa extranjera, hace tres meses, Rodríguez indicó que los temas que preocupan a la población son el empleo, la reactivación económica, el costo de la vida, la seguridad y la lucha contra la corrupción, en ese orden.

"Bill Clinton (presidente de Estados Unidos) ganó con esos temas y con esos mismos temas voy a ganar yo", dijo entonces. (FIN/IPS/mso/dg/ip/98

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