COSTA RICA: Desteñida campaña no entusiama al electorado

La campaña para las elecciones generales del 1 de febrero en Costa Rica se reanudó este fin de semana en medio de la apatía general, con un alto porcentaje de la población que aún no sabe incluso si acudirá a las urnas.

Más de 40 por ciento de los 2.045.980 votantes se declara indeciso o anuncia que se abstenerse de sufragar.

La ausencia de signos externos, ya que los partidos mayoritarios no repartieron banderas ni volantes como resultado de un acuerdo para bajar los costos de la campaña electoral, contribuye a este clima, reduciendo la contienda a la prensa y la televisión.

Las últimas encuestas hechas en diciembre confirman a Miguel Angel Rodríguez, candidato del opositor Partido Unidad Social Cristiana, como favorito para ganar las elecciones, con 31 a 35 por ciento. En segundo lugar se ubica José Miguel Corrales, del gobernante Partido Liberación Nacional, con 23 por ciento.

Los analistas Víctor Flury, José Rodríguez y Francisco Escobar aseguran que las campañas de ambos partidos no atraen, no informan, no persuaden ni movilizan al votante.

El sociólogo Francisco Barahona, rector de la Universidad para la Paz, aseguró que para aumentar el número de sus votantes ambos partidos tendrán que hacer una campaña basada en ideas específicas sobre los grandes problemas nacionales.

"Muchos de los que no se han decidido lo van a hacer en base a respuestas puntuales, bien concretas, sobre estos temas. Creo que esa es la clave para reducir el abstencionismo", dijo Barahona.

El abstencionismo, que se ha ubicado tradicionalmente en Costa Rica en torno al 18 por ciento, podría superar el 20 por ciento en esta oportunidad, según estimaciones del Tribunal Supremo de Elecciones.

Los expertos atribuyen la apatía de los ciudadanos también al desencanto frente a los partidos políticos, un fenómeno que se extiende a toda la región.

Según encuestas realizadas en América Central en 1995 por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, los partidos políticos han perdido credibilidad debido a la corrupción y la mala administración del Estado.

En Costa Rica, el gobierno de José María Figueres tiene una popularidad negativa de 30 por ciento, según las últimas encuestas, a lo que habrían contribuido los numerosos casos de corrupción denunciados y una larga recesión, que habría concluido en 1997. (FIN/IPS/mso/dam-ag/ip/98

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