El nuevo Código de Tránsito de Brasil, que aumenta el castigo de faltas y delitos cometidos por conductores aprobado con la intención de reducir los accidentes en las carreteras y calles, entrará en vigencia el día 23.
Otra ley con repercusiones en la vida cotidiana ya está en vigor. Todos los ciudadanos brasileños son donantes de órganos a partir del día 1, excepto aquellos que consignaron expresamente su negativa en su cédula de identidad.
Esa medida fue incorporada a un conjunto de leyes que buscan cambiar actitudes en relación a la vida.
Más de 25.000 brasileños mueren anualmente en accidentes de tránsito, mientras los heridos son 300.000, muchos con mutilaciones irreversibles. Se trata de una de las mayores causas de mortalidad y de gastos en hospitales.
Provocar la muerte de alguien en el tránsito será a partir del 23 homicidio culposo, es decir sin intención, y se penalizará con encarcelamiento por dos a cuatro años. Esa pena aumenta al doble en caso de exceso de alcohol o drogas comprobado en el conductor culpable.
Las multas serán más elevadas, cerca de 30 por ciento por encima del promedio internacional. Las más duras, limitadas actualmente a 98 dólares, podrán alcanzar los 750 dólares, porque se multiplican por cinco en caso de infracciones cometidas con ebriedad u otros factores agravantes.
El código establece también la pérdida de la habilitación de conductor en casos de reincidencia y exige mejor capacitación para obtenerla, imponiendo un año de aprendizaje y pruebas variadas.
El objetivo es evitar la conducción irresponsable con que muchos brasileños, especialmente los jóvenes, arriesgan su vida y la ajena. La mejora de algunas carreteras privatizadas aumentó la incidencia de accidentes mortales en los últimos años .
En 1996, el Departamento Nacional de Tránsito registró 350.198 víctimas graves de esos accidentes. Los muertos ascendieron a 26.743, pero seguramente fueron aún más, pues las estadísticas no incluyen los decesos registrados posteriormente, en los hospitales o después del tratamiento médico.
La donación automátici de órganos de personas a quienes se certifique la "muerte cerebral" rige desde el primer día de este año. Surge de una ley aprobada en 1996 y propuesta por el ex senador Darcy Ribeiro, un antropólogo y educador de prestigio internacional muerto hace diez meses.
La regla invierte la situación anterior, que obligaba a firmar un documento legal a quienes estaban dispuestos a donar sus órganos. Ahora todos son considerados donantes, si no hacen constar la condición de "no donante" en su identificación personal.
La medida fue mal recibida por amplios sectores. Por ejemplo, 83 por ciento de las personas que gestionaron un nuevo documento de identididad en el estado de Río Grande del Sur, en el extremo sur, rechazaron la donación.
Muchas familias han impedido que los órganos de parientes muertos fueron destinados a transplantes. Hay desinformación y mala divulgación de la nueva ley, según los médicos, muchos de los cuales que se niegan a retirar órganos sin la autorización de la familia.
El coordinador de la Central de Transplantes de Sao Paulo, Agenor Ferraz, señaló otro inconveniente. "El gran problema es la falta de estructura de los hospitales para certificar y notificar las muertes encefálicas".
Ferraz cree que la cantidad de transplantes en el estado de Sao Paulo, donde hay 3.200 enfermos esperando riñones, hígados y corazones, no superará el total de 1.600 correspondiente a 1997, pese a la nueva ley.
Rosangela Belo, secretaria de Salud provincial de Rio de Janeiro, cree que, en la etapa inicial de aplicación del nuevo mecanismo, la polémica es positiva, pues contribuirá a informar a la población.
Los hospitales y la Central de Transplantes, encargada de captar órganos, seguirán preguntando a las famlias si autorizan la donación, además de promover una campaña de aclaración, dijo Belo.
Mientras, el Congreso legislativo debate otras dos polémicas iniciativas. Se trata de la propuesta de admitir la unión civil de homosexuales y del proyecto de imponer la conversión de clubes de fútbol en empresas. (FIN/IPS/mo/ff/pr/98