BURUNDI: La paz está cada vez más lejos

Las conversaciones de paz interpartidarias continúan estancadas en Burundi, y las posiblidades de una solución a las luchas étnicas está cada vez más lejos desde la muerte del ministro de Defensa, Firmin Sinzoyiebha.

Sinzoyiebha, un moderado en el ejército de mayoría tutsi, murió el miércoles al estrellarse el helicóptero en que viajaba hacia Gitega, 80 kilómetros al sur de Bujumbura, para una segunda ronda de debate interno sobre las conversaciones de paz.

El coronel Longin Minani descartó especulaciones según las cuales el helicóptero fue derribado por rebeldes de la etnia hutu opositores del gobierno.

Pero según un periodista de Burundi contactado por IPS, los rumores de asesinato político aún suenan alto en la capital, donde muchos temen que el ministro de Defensa haya sido eliminado porque comenzaba a emerger como destacada y carismática figura política.

Sinzoyiheba fue nombrado ministro de Defensa a fines de 1995 por el entonces presidente hutu Sylvestre Ntibantunganya, quien fue desplazado por un golpe de Estado en julio de 1996, el cual volvió a colocar en el poder al mayor Pierre Buyoya, quien había ejercido la presidencia entre 1987 y 1993.

El coronel Sinzoyiheba, según informaciones, jugó un papel prominente en la planificación del golpe que supuestamente debía detener las matanzas, restaurar la paz y lograr una solución negociada al caos en Burundi.

Sinzoyiheba estaba a favor de celebrar negociaciones con todos los partidos involucrados en la crisis, incluyendo a hutus de línea dura como el Partido por la Liberación del Pueblo Hutu (PALIPEHUTU), y el Frente para la Defensa de la Democracia (FDD), ambos considerados "grupos terroristas genocidas".

Este enfoque hacia una paz negociada le había ganado la simpatía incluso de hutus contrarios al régimen de Buyoya, entre ellos líderes del Frente Hutu para la Democracia en Burundi (FRODEBU) del fallecido presidente Melchior Ndadaye.

El asesinato de Ndadaye en un golpe militar en octubre de 1993 desató la lucha étnica que causó más de 150.000 muertes.

El presidente del parlamento de Burundi, Leonce Ngendakumana, fue de los primeros en expresar consternación ante la muerte del ministro de Defensa.

Thomas Bukuru, presidente de la Comisión Parlamentaria de Defensa, se hizo eco de muchos burundianos cuando dijo que "Firmin Sinzoyiheba era el hombre con las manos limpias. Teníamos muchas esperanzas puestas en él".

Un protavoz del ejército dijo que las conversaciones de paz continuarán y que el comando del ejército no se verá afectado, ya que el ministro de Defensa dejó estructuras bien organizadas.

En lo que va del año, una serie de ataques en la capital dejaron más de 300 muertos. El gobierno de Burundi acusa de la creciente violencia a una alianza entre milicias hutu integradas por una coalición de soldados del ex gobierno de Ruanda (ex FAR), milicias extremistas Interahamwe y rebeldes hutus de Burundi. (FIN/IPS/tra-en/jbk/pm/ip/98

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