El gobierno boliviano de Hugo Banzer declaró la "guerra total" al ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, a quien pretende someter a juicio de responsabilidades por supuestas irregularidades cometidas en su gestión.
El anuncio de la acusación contra Sánchez de Lozada es el resultado de un duelo verbal entre políticos, en el que participó el propio presidente con expresiones que recordaron a algunos opositores la imagen de Banzer como jefe del régimen dictatorial de 1971-1978.
Según esas opiniones, Banzer actuó esta semana con autoritarismo, al responder en términos muy duros a las críticas de Sánchez de Lozada a su gestión.
"Quiero decirle a ese señor (Sánchez de Lozada)…, que no soy albañil, aunque no es un oficio denigrante, pero si él quiere compararme con un albañil, creo que soy un buen albañil, porque construyo paredes sobre cimientos sólidos, no sobre basura, sobre basura con mal olor: la corrupción", dijo Banzer.
Banzer respondió así a Sánchez de Lozada, quien había comentado a periodistas, en el estilo metafórico que le caracteriza, que el actual presidente es un "mal albañil" por no saber construir paredes sobre cimientos sólidos, en referencia a las reformas ejecutadas por la administración que él mismo encabezó (1993- 1997).
Sánchez de Lozada y su partido han expresado a la prensa preocupación por la aparente intención de Banzer de "barrer" las reformas implementadas en el periodo anterior de gobierno, que recibieron el elogio del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacionl.
Algunas de esas medidas son la capitalización (privatización) de empresas estatales, la reforma de la educación, la participación popular (descentralización municipal con fortalecimiento de recursos económicos), el pago anual de un bono solidario a los ancianos, y el seguro de maternidad y vejez.
Banzer se ha mostrado crítico de la política de su predecesor, aunque no ha anunciado cambios en las reformas realizadas.
Pero el comentario de Sánchez de Lozada provocó su reacción. El gabinete y la gobernante Acción Democrática Nacionalista (ADN, de derechas), manifestaron su solidaridad al presidente.
El gabinete emitió un comunicado de prensa de respaldo a las declaraciones de Banzer, en el que se refirió reiteradamente a Sánchez de Lozada como "señor" y no como "ex presidente", como corresponde, un hecho censurado por líderes de opinión.
El último capítulo de este "culebrón" político, como lo llaman los analistas, es el anuncio de juicio a Sánchez de Lozada por "varias irregularidades" en su gestión de gobierno, según anunció el portavoz oficial del Palacio de Gobierno, Mauro Bertero.
Para ese fin, el gobierno contrató a un grupo de abogados que tendrán la misión de reunir información e identificar irregularidades en los contratos de privatización de las empresas estatales durante la gestión de Sánchez de Lozada, dijo Bertero el viernes.
La ofensiva contra Sánchez de Lozada no es nueva. En varias oportunidades, el gobierno y políticos de la coalición que lo respalda aseguraron que hay elementos para someter al ex presidente a juicio de responsabilidades, aunque no habían ido hasta ahora más allá de las palabras.
Otra razón para el juicio de responsabilidades reside en los enfrentamientos entre policías y mineros en diciembre de 1996 en el distrito de Amayapampa, al sur de La Paz, donde murieron 11 personas, entre ellas un oficial de la policía.
ADN responsabiliza de esos hechos de violencia al gobierno de Sánchez de Lozada, entonces en funciones.
"Si empezamos la guerra, hagamos la guerra con todo, y en la guerra todo vale", advirtió Enrique Toro, jefe en ejercicio de ADN. Agregó que el juicio de responsabilidades será "un proceso serio".
Finalmente, el gobierno también incluirá en el sumario contra Sánchez de Lozada una acusación por el delito de "cohecho (soborno) electoral", cometido supuestamente para favorecer a su partido en las elecciones de junio de 1997.
El Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), de Sánchez de Lozada respondió al gobierno que proceda con las denuncias contra el ex presidente, si lo considera conveniente. Pero, también, que Banzer y sus ministros renuncien a los insultos y comiencen a gobernar.
"Ya no insulten más. Basta de amedrentar. Dedíquense de una buena vez a gobernar, que es lo que el país les exige", dijo el secretario de comunicación del MNR, Mauricio Antezana.
Antezana opinó que la intención gubernamental de enjuiciar al líder del MNR es parte de una campaña para evitar que Sánchez de Lozada sea candidato presidencial en el 2002.
En la historia reciente de Bolivia sólo existen dos antecedentes de juicios de responsabilidades a ex presidentes: el primero fue precisamente contra Banzer, a finales de la década de 1970, por violaciones a los derechos humanos y otros hechos registrados en su septenio autoritario.
Ese juicio nunca concluyó, porque su principal impulsor, el líder socialista Marcelo Quiroga Santa Cruz, fue asesinado por los militares golpistas que instalaron en julio de 1980 la dictadura de Luis García Meza.
El segundo juicio de responsabilidades fue abierto contra García Meza, depuesto en 1981, a quien organizaciones de derechos humanos acusaron de más de medio centenar de delitos.
Como resultado de ese proceso, García Meza fue sentenciado por la justicia a 30 años de prisión sin derecho a indulto, una condena que cumple en la prisión de alta seguridad de Chonchocoro, en el altiplano de La Paz. (FIN/IPS/jcr/ff/ip/98