BANGLADESH: Exitosa experiencia contra desnutrición infantil

La perseverancia rindió sus frutos en las aldeas del subdistrito de Gabtoli, unos 230 kilómetros al noroeste de la capital de Bangladesh, donde la desnutrición grave en los niños y niñas menores de dos años fue eliminada.

Aunque la mitad de los 120 millones de habitantes del país asiático vive en la pobreza absoluta, el porcentaje de niños menores de cinco años que padecen desnutrición asciende a 93 por ciento. La mayoría de los bebés nacen con un peso inferior al normal debido a que sus madres sufren desnutrición crónica.

Pero la situación es diferente en Gabtoli, donde un ambicioso programa gubernamental financiado por el Banco Mundial contra la desnutrición provee alimentos suplementarios a los niños menores de dos años y educa a sus madres sobre la mejor forma de alimentar a sus hijos desde noviembre de 1996.

El programa tiene por objetivo reducir la desnutrición en mujeres y niños mediante la seguridad alimentaria doméstica, cambios de hábitos relacionados con la alimentación, educación sobre alimentación infantil y controles periódicos de la salud.

En los "centros comunitarios de nutrición" establecidos en el marco del proyecto, los niños recibían "pusti", una mezcla de arroz, lentejas, frijoles de soja triturados y melaza, fácil de hacer en la casa.

El "pusti" era distribuido gratuitamente en los centros de nutrición por BRAC, una importante organización no gubernamental bangladeshí que ayuda al gobierno a implementar el Proyecto de Nutrición Integrada de Bangladesh (BINP), dependiente del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

"El programa de alimentación infantil terminó luego de que el último niño fue examinado, el 31 de agosto del año pasado. Actualmente no hay ningún menor de dos años que padezca desnutrición grave en Gabtoli", aseguró un representante de BRAC.

Introducido en 1996 en seis subdistritos, el BINP funcionará durante cinco años. Para el final del siglo, el gobierno espera haber cubierto 40 de los 460 subdistritos del país.

Mujeres y niños son los principales beneficiarios. Además de crear conciencia sobre cuestiones de salud, el programa procura aliviar la pobreza asesorando a mujeres sobre actividades generadoras de ingresos como crianza de aves de corral y ganado, para lo cual obtienen créditos blandos.

"El BINP educa masivamente sobre formas de mejorar la salud infantil sin mayores esfuerzos ni costos", observó Rahim Mollah, maestra de enseñanza primaria.

En el área del proyecto, mujeres embarazadas y madres hacen fila seis días a la semana para entrevistarse con la promotora comunitaria de nutrición, una mujer local capacitada por el BINP para motivar a las mujeres rurales a asesorarse sobre salud, planificación familiar, inmunización, sanidad y medio ambiente.

"Aunque el BINP aún no fue plenamente evaluado, los resultados iniciales en los seis subdistritos son prometedores", destacó un alto funcionario del Ministerio de Salud.

El proyecto se basa en experiencias exitosas de India, Indonesia y Tanzania, y se aplica a un costo de 67,3 millones de dólares.

La mayor parte de los fondos (59,8 millones de dólares) proceden de la Agencia Internacional de Desarrollo, la filial de préstamos blandos del Banco Mundial, y el resto por el gobierno nacional. (FIN/IPS/tra-en/ti/an/ml/he-pr/98

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