Miles de trabajadores en protesta por aumentos impositivos fueron reprimidos hoy con gas lacrimógeno y golpes en la capital de Zimbabwe, mientras el presidente Robert Mugabe ignoró la huelga nacional en su 10 Discurso sobre el Estado de la Nación presentado ante el parlamento.
Las empresas se detuvieron y los bancos cerraron sus puertas, aunque la huelga y las marchas de protesta en todo el país no fueron mencionadas por Mugabe en su discurso.
El gobierno de Mugabe está bajo duras críticas del público por su constante imposición de impuestos y aranceles que agotan los recursos de los trabajadores, quienes apenas logran llegar a fin de mes.
La huelga, convocada por el Congreso de Uniones Sindicales de Zimbabwe (ZCTU), pudo proceder en otras partes del país, aunque en Harare cientos de miles de trabajadores fueron reprimidos, en un intento por evitar que llegaran al centro de la ciudad.
El uso de la violencia se produjo a pesar de un edicto de la corte según el cual la policía debía evitar interferir con la manifestación planificada.
Un día antes de la protesta, Dumiso Dabengwa, ministro del Interior, había dado su aprobación a la marcha, y solicitado al ZCTU que asegurara que el acto fuea pacífico.
En una conferencia de prensa, este martes el ZCTU aseguró que el saqueo y otros incidentes violentos ocurridos durante la protesta fueron causados por la policía. El sindicato planifica ahora abrir juicio contra el jefe de policía por desacato a la corte.
"La gente mantenía una actitud pasiva hasta que la policía comenzó a arrojar gas lacrimógeno y algunos de los agentes rompieron ventanas", dijo Morgan Tsvangirai, secretario general del ZCTU.
En todo el país, las protestas fueron pacíficas y exitosas, dijo el líder sindical, y aseguró que "la reacción exagerada de la policía y su intervención ilegal fue responsable de la violencia de la que fuimos testigos en Harare. Fue provocada, y la gente respondió".
El grupo local de derechos humanos ZimRights condenó la acción policial. "La razón por la cual solicitamos una orden de la corte para que la policía no interfiriera con la marcha fue el uso obvio de la fuerza por los policías", dijo David Chimhini, director ejecutivo de la organización.
Las protestas de este martes fueron desatadas por la decisión del mes pasado del Ministerio de Finanzas de introducir al parlamento una nueva ley que aumentó el impuesto a las ventas de 15 a 17,5 por ciento, y entró en vigor el 1 de diciembre.
La nueva ley también impuso un impuesto de cinco por ciento a los trabajadores, para juntar fondos para el Fondo de Compensación de Veteranos de Guerra, y elevó los precios del combustible y la electricidad.
Los trabajadores de este país de Africa Austral figuran entre los más cargados con impuestos del mundo. El impuesto empresarial es 37.5 por ciento, mientras el individual se fija según el ingreso.
El trabajador con mayor salario paga hasta 40 por ciento en impuestos al ingreso. Los trabajadores también entregan cinco por ciento a un arancel de desarrollo y contribuyen a un esquema obligatorio de pensiones. (FIN/IPS/tra-en/lm/pm/lp/lb-ip/97