La alcaldía de la capital de Venezuela ganaba hoy la pulseada que mantuvo a lo largo del fin de año con los 3.500 comerciantes informales de un céntrico mercado, que debe ser demolido tras los primeros campanazos de 1998.
Nelson Lara, director de la alcaldía, anunció un acuerdo con un centenar de comerciantes que ocuparon durante 24 horas la catedral de Caracas que implica el desalojo el mercado La Hoyada a cambio de promover la construcción de un nuevo centro comercial en otros terrenos.
Las autoridades "nos están incitando a un hecho sangriento, pues recibiremos el año nuevo con nuestras familias en nuestros puestos de trabajo", dijo, sin embargo, Antonio Castro, presidente de una de las 18 asociaciones de comerciantes de La Hoyada.
"La propuesta de un nuevo mercado está bien, pero ¿dónde trabajaremos y de qué comeremos durante los ocho meses o el año que demore la construcción del nuevo centro? Exigimos que nos muestren a dónde podremos ir", agregó Castro.
Este martes, mientras centenares de comerciantes recogían su mercancía y decenas más desmantelaban las puertas metálicas y el mobililiario ligero de sus cubículos, otros mantenían abiertos sus negocios y exhibían sus ofertas a los escasos compradores, reiterando que "resistirán" a los tractores de la alcaldía.
La policía ensayaba entretanto el dispositivo de seguridad con el que rodeará La Hoyada para garantizar su desalojo antes de las 20.00 hora local (24.00 hora GMT) del día 31, para que el 1 de enero puedan demolerse las precarias construcciones del mercado.
Los comerciantes perdieron el lunes "la batalla de la catedral", vencidos por las admoniciones del número uno de la jerarquía católica, el arzobispo Ignacio Velasco. Tres días antes debieron desalojar la sede regional del partido Acción Democrática (AD), que también habían ocupado.
"Si quieren vayan y ocupen la alcaldía o la gobernación, y no les estoy pidiendo que lo hagan, pero deben desocupar esta casa de Dios, que no es para la protesta sino para la oración de todo el pueblo", les dijo Velasco.
El prelado, junto con diputados izquierdistas, medió para que se discutiera un "acuerdo final" entre las partes, que prevé la construcción de un nuevo mercado para quienes se convertirán así en comerciantes formales, quizá en el segundo semestre de 1998.
El alcalde Antonio Ledezma, de 40 años y posible candidato a la presidencia de Venezuela en diciembre de 1998 del partido socialdemócrata AD, se apartó del enfrentamiento, que dejó en manos de Lara, su segundo.
El desalojo de La Hoyada fue decidido para incorporar las dos hectáreas que ocupa al comercial, vial y peatonal Parque Vargas, en el centro de la capital. "Prefiero ir preso antes que posponer de nuevo el desalojo", dijo Ledezma.
La Hoyada es adyacente a una de las principales estaciones del Metro de Caracas, a la mayor terminal de ómnibus interurbanos y a dos de las más transitadas avenidas de la ciudad. Por esa zona circulan cada día entre uno y dos millones de personas.
Las autoridades de la ciudad cedieron el área en 1989 a los vendedores ambulantes que colmaban las aceras de las calles más céntricas. Con los años, los vendedores convirtieron sus primitivos tarantines en construcciones informales con paredes, puertas y tejados, y pudieron siempre negociar su permanencia.
Otros millares de vendedores coparon de nuevo aceras, calles y plazas, pues el comercio minorista callejero y sin control fiscal o sanitario es la principal actividad de la economía informal en Caracas. En toda Venezuela, uno de cada dos trabajadores desarrolla su labor en el sector informal de la economía.
Un ex gobernador de Caracas en los años 80, Adolfo Ramírez, abogado de los comerciantes, mantuvo este martes la petición de que se posponga la demolición "mientras se construye el nuevo centro o la alcaldía ubica nuevos espacios para colocar grupos de vendedores".
"Los comerciantes pueden firmar un compromiso de desalojar sus espacios en La Hoyada a medida que se consigan nuevos sitios para ubicarse. No pedimos que se revoque la demolición sino que se evite una injusticia", dijo Ramírez.
Pero Lara insistió. "No habrá prórroga. Sólo les garantizamos venderles un nuevo terreno (de 3.180 metros cuadrados y valorado en cuatro millones de dólares), acompañar el proyecto de un nuevo mercado y luego la construcción de un centro comercial", dijo.
Mientras algunos vendedores se "atrincheraban" en La Hoyada y otros gritaban a voz en cuello su renuncia al partido AD, los tractores de la alcaldía calentaban motores para su marcha del 1 de enero. El gobierno nacional, presidido por Rafael Caldera, hasta ahora se ha desentendido del conflicto. (FIN/IPS/jz/mj/ip/97