La economía de Venezuela creció seis por ciento durante 1997, dos puntos más de lo previsto, aseguró hoy el ministro de Hacienda, Luis Matos, mientras la gran cuenta pendiente continúa siendo el control de la inflación que se situó en 38 por ciento anual.
La balanza de pagos también dio resultados favorables al alcanzar un superavit calculado en 5.000 millones de dólares, un comportamiento único en América Latina, según Matos, quien informó que el saldo fiscal fue positivo en dos por ciento.
Las cifras brindadas por Matos este viernes tienen el revés de la moneda en las que dio esta semana la oficial Oficina Central de Estadística e Informática (OCEI) en torno a la pobreza.
El número de hogares en situación de pobreza aumentó este año 10 por ciento, alcanzando ahora a 68,7 por ciento de los hogares venezolanos.
La pobreza crítica, por su parte, castiga a 40,3 por ciento de los hogares, cuyos ingresos son insuficientes para adquirir la canasta alimentaria, calculada en 180 dólares mensuales por la OCEI, 30 dólares más que el salario mínimo actual.
La disparidad entre la recuperación macroeconómica y el deterioro social se completa, al culminar el año, con reservas monetarias internacionales que llegaron al nivel récord cercano a los 18.500 millones de dólares.
El índice de desempleo, a su vez, logró caer sólo un punto respecto al alto nivel registrado en diciembre de 1996, según reconoció Matos.
La OCEI indicó que al cierre del tercer trimestre, la desocupación abierta es de 11,5 por ciento de las 9,3 millones de personas que constituyen la población económicamente activa, en un país con 22,6 millones de habitantes.
El sector informal de la economía absorbía al cierre de septiembre a 47,7 por ciento de la ocupación, dos puntos más que durante 1996.
El control de la inflación, objetivo de un plan de ajuste iniciado en abril de 1996 con supervisión del Fondo Monetario Internacional, se mantuvo como una cuenta pendiente del año que culmina.
Sin embargo, el movimiento del índice de precios mejoró sustancialmente al situarse en 38 por ciento, frente a 103,7 por ciento de 1996.
La recuperación de la economía tuvo como su mayor motor, una vez más, al petróleo, cuya producción creció a un ritmo de 7,5 por ciento, mientras que la sorpresa más positiva la dio el área no petrolera que creció en 5,2 por ciento, según el anticipo oficial.
El sector no petrolero mantuvo una aguda recesión durante los tres primeros años del gobierno del presidente Rafael Caldera, soportando en 1996 una caída de 3,6 por ciento.
El producto interno bruto (PIB) aumentó 1,6 por ciento en 1996 gracias al comportamiento positivo del área petrolera, que creció 4,9 por ciento, teniendo como sector más dinámico a la construcción, indicó el ministro Matos.
El titular de Hacienda, sometido a un duro hostigamiento por parte de la oposición, aseguró que 1997 fue el año del "asentamiento", antes de iniciar un proceso de sano crecimiento económico, basado en la afluencia de inversiones privadas.
Confirmó, además, que para mantener una difícil disciplina fiscal en un año que culminará con las elecciones presidenciales, legislativas, regionales y municipales, el gobierno negocia un acuerdo "sombra" con el FMI, que no incluirá el aporte de recursos.
Matos indicó que las medidas de saneamiento y recuperación económicas lamentablemente no se traducirán en mejoras visibles para la población durante los 13 meses que le restan de mandato a Caldera. (FIN/IPS/eg/dam/if/97