VENEZUELA: Cae el ministro de Hacienda tras acoso opositor

El gobierno de Venezuela perdió hoy una tensa pulseada con el parlamento, cuando el ministro de Hacienda, Luis Matos, debió renunciar para evitar una segunda votación legislativa en busca de defenestrarlo, en menos de un mes.

Matos fue sustituido por el actual titular de Industria y Comercio, Freddy Rojas, quien junto con el renunciante y con el socialista Teodoro Petkoff, ministro de Planificación, han dirigido el plan de ajuste neoliberal impuesto en abril de 1996.

Petkoff dijo tras la renuncia que el gobierno confía en que la medida devuelva "la tranquilidad a todos los sectores", aunque criticó que Matos deba salir de esa forma "cuando se están recogiendo los frutos positivos" de su conducción económica.

Los operadores económicos se declararon satisfechos por la solución de la crisis y la colocación en la jefatura económica de de una figura que da garantias de continuidad en la política de estabilización y apertura, que siguió a dos años de un fracasado modelo neopopulista de controles.

Matos se había convertido desde su llegada al cargo en febrero de 1995 en uno de los emblemas del gobierno del democristiano independiente Rafael Caldera, y su salida es un sacrificio del presidente para intentar frenar un hostigamiento del Congreso bicameral, donde cuenta con menos de 25 por ciento de respaldo.

Matos renunció ante la evidencia de que el nuevo voto de censura de este viernes tendría probablemente un desenlace diferente al del 13 de noviembre, cuando lo salvó la primera fuerza parlamentaria: Acción Democrática (AD).

AD, pese a su formal papel opositor, ha garantizado la precaria gobernabilidad de Caldera desde que llegó al poder en febrero de 1994. Pero su respaldo a Matos abrió una crisis en su cúpula dirigente que debilitó a su secretario general, Luis Alfaro, artífice del respaldo al impopular gobierno.

Para destituir en el parlamento a un ministro se requieren dos tercios de los votos de la Cámara de Diputados y la censura contra Matos obtuvo en noviembre una mayoría simple.

Caldera acarició la idea de promover un "enroque" y trasladar a Matos a otro despacho económico, pero AD le hizo saber que ello sería apreciado como "una provocación" por el Congreso y que la tensión entre los dos poderes no cesaría hasta que el ministro saliera del gabinete.

La batalla gobierno-parlamento se produce en vísperas de un año electoral, donde las organizaciones políticas requieren marcar distancias de un gobierno que cuenta con un alto rechazo por la alta inflación, el desempleo, la caída del ingreso real, el colapso de los servicios y la inseguridad ciudadana.

La razón formal del abortado voto de censura era un informe legislativo que acusaba a Matos de omisión en la investigación sobre un presunto fraude de 9,5 millones de dólares, al pagar una deuda por armamento a un intermediario que lo requirió por un telefacsímil.

Pero el caso, cuyos tentáculos llegan a colaboradores cercanos del presidente, se produjo antes que Matos llegara al cargo.

En noviembre se le intentó defenestrar por el canje de bonos de la deuda externa en el mercado internacional, en septiembre, en una operación similar a la que han hecho otros países latinoamericanos, debido a supuestas ilegalidades en el proceso.

La campaña contra el ministro, un ingeniero de 52 años proveniente del sector sindical y dirigente de AD hasta que en 1992 pasó a apoyar a Caldera, fue conducida por el partido democristiano Copei y por el izquierdista Patria Para Todos.

"Llegó el momento de censurar una política, no un hecho, sino una política de soberbia política e impericia económica que encarna Matos", dijo esta semana el diputado de Copei Nelson Chitty.

Caldera dijo en la aceptación por escrito de la renuncia de Matos, que hizo leer por uno de sus ministros en el palacio presidencial de Miraflores, que consideraba "injusta e infundada la campaña" contra su ex colaborador.

"Hincar al presidente era el verdadero objetivo del voto de censura", admitió amparándose en el anonimato uno de los ministros del gabinete económico, al considerar que "la debilidad parlamentaria del gobierno se hizo evidente".

El nuevo ministro de Hacienda dijo que ahora se debe "mirar para adelante y recuperar el clima de armonia de los meses previos", mientras aseguró que sería preocupante para el país ponerse a mirar para atrás "como la mujer de Lot", porque todo lo logrado se podría convertir en sal.

El año cierra con un crecimiento económico de seis por ciento, tras un trienio de recesión económica, pero la pobreza creció el último año en 10 por ciento, alcanzando a 68,7 por ciento de los 22,6 millones de habitantes de Venezuela, según cifras oficiales. (FIN/IPS/eg/ag/ip-if/97

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