VENEZUELA: América Latina puja por la Siderúrgica del Orinoco

América Latina, con fuerte peso de México, luchará "a muerte" para hacerse con la Siderúrgica del Orinoco (Sidor), en Venezuela, la última gran acería de la región que aún estaba en manos de un Estado.

El 70 por ciento de la propiedad de Sidor se subastará el día 18, luego que el gobierno venezolano fijó en 1.535 millones de dólares el precio base de todo el complejo de 20 plantas cuya espina dorsal es la producción de acero líquido, 2,5 millones de toneladas anuales.

Del resto de acciones se reservará hasta 20 por ciento para venderlas a los 12.000 trabajadores de la empresa, en condiciones preferenciales, y el remanente irá al mercado de capitales venezolano.

Pujarán en la subasta cinco grupos, que reunieron los requisitos entre los 11 precalificados, con la presencia de empresas de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Estados Unidos, Holanda, Japón, México, Panamá y Venezuela, con la particularidad de que hay compañías mexicanas en todos los consorcios.

Los competidores deberán ofertar por encima de 1.075 millones de dólares. Pero a la hora del pago al ganador le será reversado el monto de la deuda de Sidor, calculada en unos 600 millones de dólares y cuya amortización a 15 años la asumirá el Estado.

"Habrá puja", aseveró el ministro venezolano de Inversiones, Alberto Poletto, para subrayar la transparencia que el gobierno ha tratado de dar a la subasta, pero también para recoger el clima de competencia por el apetitoso bocado que se ofrece a la industria acerera mundial.

Montar una acería como Sidor puede costar más de 5.000 millones e dólares, señalaron ejecutivos de la industria y parlamentarios que hace dos semanas aprobaron el contrato de compra-venta de Sidor. El Estado venezolano invirtió en ella más de 8.000 millones de dólares en 30 años.

Para convertir hierro en decenas de productos de acero Sidor tiene plantas de peletización, reducción directa, acería de palanquillas y de planchones, tren de barras y de alambrón, y plantas de productos planos.

Sus ventas brutas son de 1.000 millones de dólares y sus exportaciones el año pasado fueron de 266 millones de dólares, con posiciones líderes para varios productos en Colombia y el resto del Grupo Andino (Bolivia, Ecuador y Perú), América Central, y buenas colocaciones en México.

Sidor está emplazada en el sureste de Venezuela, donde confluyen los ríos Orinoco y Caroní, a unos 500 kilómetros de Caracas, en una zona industrial con desarrollos mineros, de aluminio, forestales y la represa hidroeléctrica de Guri, con capacidad instalada de 10.000 megavatios.

Pero, además, es vecina de gigantescos depósitos de mineral de hierro de alto tenor (55 por ciento promedio), unos 14.000 millones de toneladas, lo que significa que a la tasa de producción actual de 20 millones de toneladas anuales, Venezuela tiene hierro para siete siglos.

Por razones como esas "para México es cuestión de vida o muerte hacerse con Sidor", dijo a IPS una fuente mexicana vinculada a la industria. "Carecemos de acero y de soporte de hierro, para atender el mercado norteamericano", explicó.

Un interés al que le sigue de cerca Brasil, porque le resulta más barato abastecer los requirimientos siderúrgicos de su franja norte desde el emplazamiento de Sidor que desde sus propias plantas del sur.

De las exportaciones de México a Estados Unidos y Canadá, en el marco de su Tratado de Libre Comercio, unos 40.000 millones de dólares corresponden a ventas de productos a base de acero, como automóviles y electrodomésticos, señaló la fuente.

Si México no consigue Sidor "deberá hacer inversiones por el doble de lo que le costaría ese complejo", ampliando y adecuando sus acerías para atender la demanda norteamericana, dijo otra fuente, que también requirió anonimato en presencia de la "recta final" para la privatización.

Pero para los mexicanos puede ser un hándicap la exigencia financiera por Sidor, pues además del dinero para pujar en la subasta se requiere constituir garantías suficientes para soportar la deuda que tiene la acería con el Estado.

Otro detalle es que capitales mexicanos (Ahmsa-Gan) sólo encabezan el Grupo Cuatro, aunque estén presentes en todos. El Grupo Tres lo encabeza Ispat Mexicana, pero esa firma es filial del emergente conglomerado indio del mismo nombre, según algunos el de mejores finanzas para pujar en la subasta del jueves.

El Grupo Uno lo lidera Sivensa, una siderúrgica privada venezolana que ya produce unas 700.000 toneladas anuales, y suma a Hylsamex (México), Siderar (Argentina), Usiminas (Brasil), Hylsaltin y Tamsider (Estados Unidos), Techint (Panamá) y Siderúrgica de Angostura (Venezuela).

El Grupo Cinco reúne a la Companhia Siderurgica Nacional (Brasil), Imsa (México), Itabira Rio Doce (Brasil) y la Compañía Acero el Pacífico (Chile).

Finalmente, el Grupo Dos lo integran los gigantes japoneses Kobe Steel, Marubeni, Nissho Iwai y Tomen, la estadounidense Hicks, Muse, Tate and Furst, y la mexicana Sicartsa.

El ganador deberá efectuar una inversión mínima de 300 millones de dólares dentro de los tres próximos años, más unos 70 millones en reparaciones y adecuaciones ambientales, y mantener la capacidad productiva de Sidor.

Adicionalmente, deberá garantizar la estabilidad de 9.000 de los 12.000 trabajadores, y sostener el abastecimiento de los procesadores venezolanos a precios de mercado durante al menos cinco años (FIN/IPS/jz/dg/if/97

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