El principal portavoz del gobierno de Chile calificó hoy como una "regresión" la futura presencia en el Parlamento del ex dictador Augusto Pinochet, quien asumirá como senador vitalicio a su retiro de la comandancia del Ejército.
José Joaquín Brunner, ministro de la Secretaría General de Gobierno, dijo en una reunión con corresponsales de la prensa extranjera que este hecho "pone al descubierto que la transición está incompleta".
La presencia de Pinochet en el Senado es una "regresión en el plano simbólico", dijo Brunner, puntualizando que usaba esa expresión en su sentido más fuerte, entendiendo la importancia que tienen los símbolos en la política.
El ex dictador, nombrado comandante en jefe del Ejército el 23 de agosto de 1973, accedió al poder con el cruento golpe de estado del 11 de septiembre de ese mismo año y gobernó Chile hasta el 11 de marzo de 1990.
Pinochet se acogerá a retiro militar antes del 11 de marzo de 1998, para entregar la comandancia al general Ricardo Izurieta, e integrarse como senador designado al Congreso que se constituirá en esa fecha.
El ex dictador es el único favorecido por una disposición que él mismo introdujo a la Constitución de 1980, según la cual pueden ser senadores vitalicios los ex gobernantes que hayan ejercido el poder por lo menos durante seis años.
El Senado tendrá 48 miembros desde marzo próximo, de los cuales 38 corresponden a elegidos por el voto popular y nueve serán designados, incluyendo a cuatro en representación de las Fuerzas Armadas y la policía de Carabineros, además de Pinochet como vitalicio.
En los gobierno de transición de Patricio Aylwin (1990-94) y en el actual de Eduardo Frei (1994-2000), la derecha, con el apoyo de los designados, hizo fracasar en el Parlamento sucesivas reformas para contar con un Senado completamente originado en el sufragio universal.
Las elecciones parlamentaria del 11 de este mes, en que se renovaron 20 de los 38 sillones senatoriales, aumentaron la representación en el Senado de la derecha pinochetista, defensora de la institucionalidad heredada de la dictadura.
Con los resultados de los últimos comicios se postergan todavía más las llamadas reformas democráticas, a la espera tanto de las elecciones presidencial de diciembre de 1999, como de las nuevas parlamentarias en diciembre del año 2001.
Brunner señaló que, no obstante, el gobierno de Frei seguirá buscando acuerdos con la derecha para avanzar en propuestas modernizadoras en materias como educación, reforma a la Justicia y ampliación de la infraestructura vial, portuaria y sanitaria con el concurso de privados.
El ministro admitió en cambio que Chile será probablemente el único país en el mundo que ingreso al nuevo milenio sin una ley de divorcio vincular, ya que la nueva mayoría del Senado rechazaría una legislación ya aprobada por los diputados.
En el Congreso que se instalará en marzo la gobernante Concertación por la Democracia, de centroizquierda, mantendrá una mayoría de 70 de los 120 diputados, y de 20 de los 38 senadores elegidos directamente en las urnas.
Pero Pinochet como vitalicio y la composición mayormente "dura" que se prevé entre los nueve designados, mantendrán en la cámara alta un virtual dique a reformas profundas a la institucionalidad heredada de la dictadura.
En las últimas parlamentarias la coalición oficialista conservó la mayoría con poco más de 50 por ciento de los votos, pero retrocedió cuatro puntos, correspondientes a una caída del Partido Demócrata Cristiano del presidente Frei.
Brunner insistió en que el apoyo perdido por el oficialismo se tradujo en votos nulos y en blancos y que el pacto opositor de derecha, con 36 por ciento de la votación, está 14 puntos detrás de la coalición gobernante.
Agregó que la derecha está también por debajo del apoyo superior a 40 por ciento que Pinochet recibió en el plebiscito presidencial de 1988, cuando fue derrotado por el amplio espectro opositor de aquella época.
En ese sentido, advirtió que los "dirigentes más lúcidos" de la propia derecha "dura" saben que deberán orientarse hacia el centro si quieren tener alguna posibilidad de triunfo en las elecciones presidenciales de 1999.
En el pacto opositor de los partidos Renovación Nacional (PRN) y Unión Demócrata Independiente (UDI), resultó con ventajas electorales esta última, que tiene como "presidenciable" al alcalde Joaquín Lavín, un hombre identificado con Pinochet.
Brunner estimó que si la Concertación mantiene su unidad y lleva un candidato único, ganaría sin grandes dificultades las próximas presidenciales.
En el oficialismo, el ala izquierdista, de los partidos Socialista y Por la Democracia (PS-PPD), tiene ya como su candidato presidencial al ministro Ricardo Lagos, sin que haya surgido hasta ahora una figura en el PDC que le haga contrapeso.
Los democristianos han encabezado los dos gobiernos de transición, con Aylwin y Frei, y en el curso del próximo año tendrán que definir con sus aliados del PS-PPD un mecanismo para designar al candidato oficialista, tal vez con elecciones primarias.
El sistema de la segunda vuelta, previsto en Chile para las elecciones presidenciales, podría inducir la presentación de más de un candidato tanto en el oficialismo como en la derecha pero en ambos bloques esa posibilidad se considera riesgosa. (FIN/IPS/ggr/dg/ip/97